ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
El nuevo trasvase, si llega, no será antes del 1 de abril, asegura el Gobierno
∑Antes de autorizarlo, se tiene que reunir la Comisión Central de Explotación del Acueducto Tajo-Segura. La última cesión de agua fue en mayo de 2017
El nuevo trasvase del Tajo al Segura, que tanto teme el Gobierno de CastillaLa Mancha, no será antes del 1 de abril. Así lo aseguró ayer el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, que explicó el proceso que se lleva a cabo cuando se autoriza una cesión de agua entre cuencas.
La primera condición para que sea posible el trasvase es que en Entrepeñas y Buendía, los embalses de cabecera del Tajo, se alcancen los 400 hectómetros cúbicos. Hecho que ocurrió el martes, tras las frecuentes lluvias caídas en las últimas semanas. Estos 400 hectómetros cúbicos pueden parecer mucho, pero solo son el 16 por ciento de los 2.474 hectómetros de agua que se pueden almacenar en estos dos embalses. Sin embargo, el trasvase podría ser una realidad.
Una vez que se llega al mínimo de los 400 hectómetros, se tiene que reunir la Comisión Central de Explotación del Acueducto Tajo-Segura, que es la que lo autoriza. Desde el Ministerio aseguran que no hay fecha para la convocatoria de esta comisión, pero en ningún caso será antes del 1 de abril, informó EP. Además del nivel de almacenamiento, este órgano tiene que tener en cuenta otras variables como la previsión de las aportaciones de agua, con el fin de garantizar la satisfacción de las necesidades de la cuenca cedente. Hay que recordar que el último trasvase se autorizó el 10 de mayo del año pasado y fueron 7,5 hectómetros cúbicos los que se derivaron al Segura.
A pesar de lo dicho por el Ministerio, el Gobierno regional sigue empeñado en decir que el nuevo trasvase será una realidad durante la Semana Santa. El portavoz del Ejecutivo, Ignacio Hernando, incluso se atrevió a dar una posible fecha: los días 27, 28 ó 29 de marzo, es decir, Martes, Miércoles o Jueves Santo. El Gobierno de Rajoy «utilizará la Semana Santa como cortina de humo», afirmó «convencido» Hernando, para quien el trasvase «ni siquiera será en relación al agua que hay, sino que tendrá la desfachatez de hacerlo con la previsión de lluvia a futuro, como ha ocurrido en otras ocasiones».
La versión de Murcia
Mientras, desde Murcia su presidente, Fernando López Miras, dijo ayer que la cesión de agua «es una cuestión de legalidad, no de confianza». «Se han rebasado los 400 hectómetros cúbicos y hay que aplicar el Memorándum, la ley del trasvase Tajo-Segura», afirmó.
Para el presidente murciano, «la sequía en el resto de España ha terminado, los pantanos y las cuencas están en niveles óptimos», pero «en Murcia, Alicante y Almería seguimos estando en una situación preocupante, con una escasez hídrica estructural», por lo que «seguimos reivindicando algo tan sencillo como que todos los españoles tengan agua».
Aparte de un mínimo de 400 hectómetros, se tiene en cuenta la previsión de las aportaciones de agua El trasvase será en los próximos días, utilizando la Semana Santa «como cortina de humo»
López Miras añadió: «En España hay agua para que todos los españoles tengan garantizado este recurso básico. Tenemos que llegar a un acuerdo que nos permita que en cualquier lugar abramos un grifo y tengamos agua para beber o para regar; esto se puede hacer». Por último, insistió en cinco pilares básicos: «Reutilización de aguas, modernización de regadíos o aumentar el agua desalada» como recurso «complementario», además de flexibilizar las cesiones de derechos «y llevar el agua de donde sobra a donde no hay».
Por otro lado, ayer hubo una jornada en el campus de Toledo de la Universidad de CastillaLa Mancha (UCLM) para analizar la «gestión sostenible de la cuenca hidrográfica del Tajo». Se enmarcó dentro del máster en Sostenibilidad Ambiental en el Desarrollo Local y Territorial y contó con la participación de representantes de las diferentes administraciones.
Según el coordinador del máster, José María Godoque, la cuenca del Tajo es «la más complicada del país y probablemente de toda Europa», porque «tiene que satisfacer demandas muy importantes, tanto externas (en el Levante), como dentro de la propia cuenca (Madrid y su área metropolitana)». Godoque añadió que el agua es «un foco de conflicto muy importante» y avanzó que «lo va a ser más en el futuro».