ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
El atrincherado en Manzanares se entrega después de nueve horas
El dueño del mesón Sancho, en la calle Jesús del Perdón, salió con las manos levantadas
El propietario del Mesón Sancho, en la calle Jesús del Perdón de Manzanares (Ciudad Real), que se atrincheró ayer con una escopeta en el interior de su establecimiento desde la mañana, se entregó a las 20.20, después de nueve horas de negociación con la Guardia Civil, que llegó a evaluar la posibilidad de asaltar el local.
Un testigo presencial confirmó a ABC que el hombre salió a la calle con las manos levantadas, lo que propició que numerosos agentes de la Guardia Civil, parapetados detrás de vehículos y edificios, se abalanzaran sobre él para detenerlo. Este mismo testigo comentó que, unos treinta y cinco minutos antes, también había oído dos o tres disparos en el interior.
Según informaron a Efe fuentes policiales, los agentes, ante la actitud del hombre, que tiene 58 años de edad, analizaron la posibilidad de asaltar el establecimiento por medio de la unidad especializada de la Guardia Civil de Valdemoro (Madrid), que se trasladó a Manzanares.
Fuentes municipales indicaron que el hombre se encerró en el interior de su establecimiento desde las 10.41 horas y apuntaron que, antes de encerrarse en el local, habría echado a su padre, que vive en el inmueble, y a un hermano.
Estas mismas fuentes explicaron que debía comparecer ayer mismo en los juzgados por un robo que sufrió en su local hace un año y por el que estaba investigado, ya que se sospecha que pudo estar implicado en el mismo.
Robo en 2017
En aquel suceso, ocurrido el 15 de marzo de 2017, los empleados del mesón alertaron de que, de madrugada, una o varias personas con armas blancas habían atracado el local y se habían apoderado de la recaudación.
La calle principal que da acceso al mesón estuvo cortada y las calles adyacentes acordonadas durante todo el día. En el despliegue participaron más de una veintena de agentes de la Guardia Civil y de la Policía Local de Manzanares, entre ellos varios francotiradores que vigilan el mesón desde los tejados de las viviendas colindantes.