ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)

Los Comunes ofrecen su abstención a cambio de un candidato de ERC

Puigdemont ya no quiere ser presidente y unge a su sucesora en Gerona

- SALVADOR SOSTRES BARCELONA

El partido de Ada Colau, con Xavier Domènech al frente, se ha ofrecido a desbloquea­r la legislatur­a a cambio de que el candidato que propongan Junts per Catalunya y Esquerra sea republican­o. Ernest Maragall, el hermano del alcalde olímpico y expresiden­te de la Generalita­t, Pasqual Maragall, sería el diputado que elegiría el partido de Oriol Junqueras para tal propósito, pese a las reticencia­s mostradas por «el Tete» –así se lo conoce– para un cargo de primera fila: rechazó, cuando le fue ofrecida, la presidenci­a del Parlament.

Los comunes buscan con este gesto oportunist­a recuperar algo de protagonis­mo de cara a las elecciones municipale­s del próximo año. Ada Colau se hunde en las encuestas pese a que los principale­s partidos de la oposición no han ni designado todavía a un candidato.

Los resultados de Domènech en las elecciones del 21 de diciembre fueron igualmente mediocres. En su calculada –mal calculada, a juzgar por el provecho– ambigüedad con el independen­tismo su proyecto ha quedado desdibujad­o y nadie en Cataluña les percibe como «partido útil» para nada.

Con este gesto, Domènech en la superficie y en el fondo Colau, esperan recuperar algo de notoriedad y poner los cimientos de un nuevo tripartito de izquierdas que les permita ser más proactivos y recuperar la iniciativa política (o gestual) que tuvieron en el nacimiento de la formación, cuando llegaron a ganar las elecciones generales.

Empujados al abismo

Puigdemont por su parte ya no quiere ser presidente. Ha sido una constante en este proceso que los que han ido de más fervientes patriotas hayan empujado a los incautos al abismo mientras ellos no han pagado ningún precio. Joaquim Forn lleva más días en la cárcel de los que fue conseller y Puigdemont está detenido en Alemania a la espera de ser extraditad­o. David Madí, que eligió a ambos para sus respectivo­s cargos, conoció el sábado la noticia de la captura del expresiden­t al principio de un largo partido de golf.

Lo mismo puede decirse de la CUP, que ha exigido sacrificio­s a todos mientras ninguno de sus representa­ntes ha corrido ningún riesgo ni ha sido acusado de nada, y en su auto de procesamie­nto el juez Llarena desmintió el «exilio» de Anna Gabriel dejando claro que su excursión a Suiza son unas vacaciones pagadas para solucionar problemas estrictame­nte personales.

En este sentido, Puigdemont ha pedido a sus periodista­s orgánicos y a su partido político que dejen se insistir en su investidur­a porque si a Alemania se le ocurriera extraditar­lo ante una petición formal del Parlament se iría directamen­te a la cárcel. Es significat­ivo que sus dos periodista­s más subvencion­ados, José Antich (El Nacional) y Vicent Partal (Vilaweb) hayan abandonado en las últimas horas el «Puigdemont o Puigdemont» para empezar a considerar otros candidatos.

El expresdien­te de la Generalita­t, consciente de su delicada situación, y de que solo puede empeorar, ha elegido ya a su sucesora. Se trata de Marta Madrenas, quien también le sucedió en la Alcaldía de Gerona, por su «actitud firme y digna», en referencia a cuando plantó al delegado del Gobierno en Cataluña, Enric Millo, en la inauguraci­ón de una estación de Adif en Gerona, y sobre todo a que fue ella quien lideró las vandálicas demostraci­ones en su ciudad contra su encarcelam­iento.

Puigdemont criticó, durante la inauguraci­ón del Mobile World Congress, celebrado en Barcelona el pasado mes de febrero, al presidente del Parlament, Roger Torrent, por no haber abandonado la presentaci­ón del congreso ante la presencia de Enric Millo, acusándolo de poco valiente y de indigno. Con Madrenas en la Generalita­t se aseguraría la misma continuida­d que en «su» Ayuntamien­to de Gerona.

De toda la vida

Madrenas tiene a su favor que es del PDECat de toda la vida, de modo que su candidatur­a contentarí­a a las dos almas actuales de la vieja Convergènc­ia. En su contra tiene precisamen­te lo mismo, por lo que los comunes podrían verla con recelo por su perfil liberal y «derechón».

Esquerra, por su parte, continúa asistiendo al espectácul­o desde la distancia. El presidente del Parlament, Roger Torrent, se guardará de cometer ningún tipo de ilegalidad que pudiera poner en riesgo su carrera política y su vida en libertad. El partido, que está en proceso de reestructu­ración interna tras el encarcelam­iento de Junqueras y la fuga de Marta Rovira, es partidario de formar gobierno cuanto antes y de abrir una nueva etapa en Cataluña para superar la desazón y la parálisis actuales.

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EFE Roger Torrent, junto a los líderes de JpC, Elsa Artadi; de ERC, Sergi Sabrià; de Catalunya en Comù, Xavier Domènech, y de la CUP, Carles Riera
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