ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
Al Sisi gana con el 92% de los votos unos comicios «teatrales»
La baja participación resta credibilidad en Egipto a unas elecciones sin rivales
Sin sorpresas, el presidente egipcio ,Abdelfatah al Sisi, se ha impuesto como vencedor indiscutible en las elecciones presidenciales que concluyeron el miércoles, después de tres días de votación, con casi el 92% de los votos pero con una exigua participación que los primeros recuentos ofrecidos por la prensa local cifran en torno al 40 por ciento. A la espera de la confirmación oficial de la Comisión Electoral egipcia (NEC) el próximo 2 de abril, el exmariscal Al Sisi revalida su mandato en unas elecciones hechas a su medida: sin rivales ni debate y con la oposición silenciada.
Más de 21 millones de egipcios votaron por Al Sisi, entre un 90,53 por ciento y el 92 por ciento de las papeletas, una cifra sin embargo casi siete puntos por debajo de la que obtuvo en sus primeros comicios de 2014, cuando se impuso con un 96,7%. El segundo candidato, un desconocido Musa Mustafa Musa, afín al propio Al Sisi, apenas ha llegado a los 7.000 votos, en- tre un 2 y un 3 por ciento, muy por debajo incluso de los votos nulos, que según las cifras ofrecidas por el diario Al Youm Al Sabaa superan el millón y medio y rozan el 7 por ciento del total.
Pese a la generalizada campaña para atraer a los egipcios a las urnas y asegurar así una mayor legitimidad para el segundo mandato de Al Sisi para la que se ha movilizado todo el aparato, sólo se han acercado a los colegios electorales entre 23 y 25 millones de egipcios, un 37-40 por ciento de los casi 60 millones de inscritos, según cifras citadas por la agencia estatal de noticias MENA.
Multas al que no vota
Ante unos primeros datos de participación de poco más del 21 por ciento durante los dos primeros días de votación, pese al bombardeo de mensajes nacionalistas, regalos, sobornos y facilidades, el presidente de la comisión electoral, Lashin Ibrahim, amenazó el miércoles con la imposición de multas de hasta 500 libras (28 euros) a los que se abstuvieran de votar. «La participación no es sólo un derecho, es un deber nacional de cada ciudadano», rezaba un comunicado del ministerio de Exteriores publicado ese mismo día.
La oposición, en cambio, pidió el boicot contra unos comicios que consideraban un «teatro» y un «referéndum», especialmente tras la campaña de persecución judicial y el clima de «miedo e intimidación» contra cualquier precandidato a las elecciones.
El Gobierno «ha dejado muy claro que no hay espacio para la oposición, que cualquiera que le haga frente será neutralizado y que ha sido capaz de consolidar el poder hasta el punto de que no tiene rival ninguno», sostiene a ABC el investigador egipcio del Instituto Tahrir para Políticas de Oriente Medio (Timep) Timothy Kaldas.