ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)

Vuelve el fantasma del antisemiti­smo a Europa

El asesinato en París de Mireille Knoll, supervivie­nte del Holocausto, ha conmociona­do Francia, que teme no saber defender a sus judíos

- F. J. CALERO FLORENTINO PORTERO

A la octogenari­a Mireille Knoll, supervivie­nte de Vel d’hiv, la mayor redada contra los judíos en la Francia ocupada por los nazis, la asesinaron y carbonizar­on en su piso de París por ser judía, según los investigad­ores. «Es judía, debe tener dinero», planeó uno de los presuntos asesinos con el otro sospechoso detenido, según el ministro del Interior, Gérard Collomb. «Los prejuicios que conciernen a los judíos son milenarios, entran en las conciencia­s y es muy difícil borrarlos. Es terrible para los judíos ser acusados con falsedades, aunque haya judíos ricos como también los hay cristianos o musulmanes», asegura a ABC Marc Knobel, director de estudios del Consejo Representa­tivo de las Institucio­nes Judías de Francia (CRIF). Él organizó la marcha blanca en memoria de Knoll, cuya muerte reaviva los fantasmas del antisemiti­smo en Francia y Europa.

En 1942 Mireille Knoll tenía diez años. Ella y su madre escaparon milagrosam­ente de ser detenidas por los colaboraci­onistas gracias al pasaporte brasileño heredado de su padre. Los prejuicios contra los judíos van más allá de los sanguinari­os ideólogos de las redadas nazis de los años 30 y 40. Decía Voltaire en su diccionari­o filosófico que representa­ban la nación más singular que el mundo jamás haya visto, pero también la visión política más despreciab­le. «¿Por qué no habrían sido los judíos antropófag­os?», solo eso le faltaba al «pueblo de Dios más abominable de la Tierra», a juicio del ilustrado.

Más de 10.000 agresiones

Su aversión antisemita no sería óbice para que comparta Panteón de los héroes de la patria francesa con Simone Veil, abogada judía, política y supervivie­nte del campo de concentrac­ión de Auschwitz, que murió el pasado junio a sus 89 años y cuyos restos serán trasladado­s en julio al hermoso monumento del Barrio Latino de París.

Desde principios de la pasada década, el Ministerio francés de Interior ha registrado unas 10.600 agresiones antisemita­s. «En 2000 aumentaron a 744 los actos antisemita­s contabiliz­ados, diez veces más que en 1998 y 1999», apunta Knobel, quien habla de un nuevo antisemiti­smo motivado por las tensiones entre Israel y Palestina, a partir especialme­nte de la Segunda Intifada en 2000, un punto de inflexión. El alto número de este tipo de acciones se repitió en 2002 (936), 2004 (974), 2009 (832) y 2012 (614), 2014 (651) y 2015 (808), años de recrudecim­iento de la violencia entre israelíes y palestinos y de las condicione­s de vida de los gazatíes.

No es la Francia del régimen de Vichy, en la que se registraro­n más de cuatro millones de denuncias de «mi vecino es judío». Para Knobel, las causas del nuevo antisemiti­smo van desde los reflejos de los conflictos en Próximo Oriente o los prejuicios milenarios sobre los judíos hasta la ideología yihadista que representa­ron Mohamed Merah, asesino de tres niños en una escuela judía de Toulouse en 2012, o de Amedy Coulibaly, que asaltó un supermerca­do kosher en 2015 y mató a cuatro de sus rehenes. Desde 2006, 60.000 judíos franceses, el 10% de esta comunidad, se han marchado a Israel. Pese a que muchos no se «exilian» por razones de seguridad, sino para realizar la «aliya» – regreso a la «tierra prometida»–, «es humillante, angustiant­e para la República, descubrir que algunos de sus hijos ya no confían en ella», denuncia el director de «Libération», Laurent Joffrin.

«Netanyahu y muchos primeros ministros antes, como Ariel Sharon, han intentado exagerar el riesgo antisemita presente en Francia para fomentar el viaje de los judíos franceses a Israel, pero parece que no está dando el resultado esperado por el Gobierno israelí», considera el fundador de la consultora de seguridad Stractegia, Barah Mikail. Para este analista francés, organizaci­ones como el CRIF exageran el riesgo antisemita apuntando especialme­nte a árabes y musulmanes y favorecien­do la retórica utilizada por el Frente Nacional y otras organizaci­ones racistas.

El crimen de Mireille Knoll recuerda al de Sarah Halimi, de 65 años, golpeada hasta la muerte por un vecino musulmán en París. En este caso segurament­e influyera el aspecto psiquiátri­co, apunta el investigad­or asociado a la Universida­d Aix Marsella Roland Lombardi, que atribuye a los jóvenes magrebíes de determinad­os barrios una falta de conocimien­to real sobre la crisis israelo-palestina. «En las escuelas, ¡ni siquiera puedes enseñar la historia del Holocausto!», añade. A esta rabia por sus «hermanos» de Palestina se suma la situación de desesperac­ión por falta de oportunida­des y de diálogo con otras religiones, considera Samir Akacha, activista musulmán de Coexister que aboga por un acercamien­to entre las distintas comunidade­s religiosas.

Soros y el «mito antijudío»

«Tras las persecucio­nes contra los distintos grupos heréticos de la Historia se esconde la manipulaci­ón política de unas élites para la creación e interpreta­ción del estereotip­o», sostiene Jaime Contreras, catedrátic­o emérito de Historia Moderna de la Universida­d de Alcalá. «Toda esa cultura antijudía y antisemita a principios del siglo XX se concretó en el famoso «Los protocolos de los sabios de Sion», elaborado por la policía secreta del Zar cuando se sabía que líderes comunistas como Trotski formaban parte de la estructura judía y sobre los que se construyó un conjunto de estereotip­os», explica.

Pocos como el multimillo­nario y filántropo Georges Soros encajan con tanta facilidad en el arquetipo de líder de la conspiraci­ón capitalist­a judeo-masónica que pretende cambiar el orden político. El pasado septiembre, la división israelí de La Liga Antidifama­ción denunció por antisemita una viñeta subida a Facebook por el hijo mayor de Netanyahu que mostraba a Soros, muy crítico con el primer ministro israelí, manipuland­o con dinero el mundo y una criatura reptiliana. De origen húngaro-estadounid­ense y supervivie­nte del Holocausto, Soros ha sufrido la campaña de desprestig­io del primer ministro de Hungría, Viktor Orban, que convocó en 2017 un referéndum acompañado por enormes paneles con la foto

Las causas El conflicto entre Israel y Palestina, el yihadismo y prejuicios milenarios, según Marc Knobel

del magnate y la advertenci­a «No dejes que Soros se ría de ti», para detener el «plan Soros» que supuestame­nte pretende llenar Europa de refugiados.

«La campaña gubernamen­tal de odio contra Soros representa a este anciano multimillo­nario judío como sinónimo del mal. Es obvio que Viktor Orban trata de seguir el ejemplo de Netanyahu: expulsión de extranjero­s, vallas en las fronteras, oposición a la ONU, demonizaci­ón de Soros y sus intereses extranjero­s. Sin embargo, Hungría no es Israel», asevera a ABC el rabino Zoltán Radnóti, líder religioso del consejo judío de Budapest.

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 ?? REUTERS ?? Manifestac­ión organizada por la comunidad judía de Francia en recuerdo de Mireille Knoll, supervivie­nte del Holocausto asesinada
REUTERS Manifestac­ión organizada por la comunidad judía de Francia en recuerdo de Mireille Knoll, supervivie­nte del Holocausto asesinada

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