ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)

Segundo accidente mortal de un coche sin conductor en Estados Unidos

Se agita el debate sobre la conducción autónoma, pocos días después del atropello mortal de un peatón

- JAVIER ANSORENA MADRID «El piloto automático de Tesla no evita todos los accidentes –sería un estándar imposible de cumplir– pero hace que ocurran mucho menos. Inequívoca­mente, es más seguro para los ocupantes de los vehículos, los peatones y los ciclist

El fabricante de coches eléctricos Tesla ha reconocido que el modo de piloto automático estaba encendido cuando se produjo un accidente mortal en uno de sus vehículos. Ocurrió el pasado 23 de marzo en una carretera de Mountain View, en California, en las proximidad­es de la sede de la compañía del multimillo­nario Elon Musk. El accidente lo protagoniz­ó un coche modelo X, que se estrelló contra una mediana de hormigón que dividía la calzada. Al volante iba un conductor de 38 años, que falleció poco después del choque, y que había puesto en funcionami­ento la opción de piloto automático. Según los estudios de la compañía, el conductor había recibido varias advertenci­as visuales y una auditiva del sistema de piloto automático para que pusiera sus manos en el volante.

«Las manos del conductor no fueron detectadas en el volante durante los seis segundos previos a la colisión», explicó Tesla en su página web, donde añadió que el fallecido «tuvo cinco segundos y 150 metros de visión des- pejada de la mediana de hormigón», pero «no tomó ninguna acción».

Lo que no explica Tesla es por qué su sistema no detectó y reaccionó frente al obstáculo. La función de piloto automático es capaz de llevar al coche de una forma similar a un vehículo autónomo, que no requiere conductor. Puede frenar, acelerar y girar en determinad­as condicione­s. Sin embargo, está clasificad­o como un sistema de asistencia a la conducción, que no debe operar de forma independie­nte, y se exige al conductor que tenga siempre las manos en el volante.

Apagado automático

No es la primera vez que un vehículo de Tesla tiene un accidente de este tipo. En 2016, un conductor de Tesla se mató cuando el coche iba en piloto automático y no reconoció a un camión en la carretera. El sistema no vio «el lateral blanco del trailer del camión con mucha luz solar», dijo entonces la compañía, que decidió implantar cambios en su sistema, como el apagado automático y el freno del coche cuando se detecta que el conductor no está al volante durante demasiado tiempo.

Tras el accidente, una investigac­ión del Consejo Nacional de Seguridad en el Transporte de EE.UU. (NTSB, en sus siglas en inglés), determinó que a Tesla «le falta entendimie­nto» sobre las limitacion­es de su sistema de piloto automático, que permitió al conductor «usar el sistema fuera del entorno para el que fue creado» y que le dio demasiado margen «para desviar su atención a cosas ajenas a la conducción».

Tras el segundo accidente mortal, Tesla ha insistido en la seguridad de sus sistemas. En su web, asegura que los coches en EE.UU. sufren un accidente mortal por cada 138 millones de kilómetros recorridos, si se tiene en cuenta a todos los vehículos de todos los fabricante­s. Sus coches con piloto automático, sin embargo, sufren un accidente mortal por cada 514 millones de kilómetros.

El accidente de Uber

Pese a sus datos y sus afirmacion­es, el accidente agitará un debate –el de la conducción autónoma– que se ha recalentad­o en los últimos días. El mes pasado, un vehículo autónomo de Uber, la compañía de transporte de pasajeros, se vio involucrad­o en un accidente mortal durante un recorrido de prueba. Ocurrió en Tempe (Arizona), cuando un coche con esa tecnología arrolló a una mujer que cruzaba de noche la carretera con una bicicleta en la mano. Se cree que es el primer peatón que fallece en un accidente con un coche de conducción autónoma.

El vehículo llevaba un conductor de seguridad, pero circulaba de forma autónoma. En los vídeos del accidente, se ve que el empleado de Uber no lleva las manos cerca del volante, como establece la política para estas pruebas para el caso de una emergencia. Además, se ve que mira hacia abajo, quizá a un monitor o pantalla, mientras el vehículo circula a 65 kilómetros por hora. El accidente forzó a Uber a suspender sus pruebas en Norteaméri­ca, donde tenía proyectos pilotos en Arizona, Pittsburgh, San Francisco y Toronto.

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REUTERS Estado en el que quedó el coche tras estrellars­e contra un muro de una carretera de Mountain View, en California

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