ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)

Luc Ferry «Me parece genial llegar a vivir 300 años, hay tanto que amar»

El filósofo, uno de los grandes intelectua­les franceses, reflexiona sobre las virtudes del transhuman­ismo y los peligros de la inteligenc­ia artificial

- ELENA CUÉ

Una mañana en París quedo para hablar con uno de los grandes intelectua­les franceses, el filósofo Luc Ferry (1951), ministro de Educación en los años en los que Chirac fue presidente de la República francesa. Antes de profundiza­r en el movimiento transhuman­ista, comenzamos charlando sobre «Aprender a vivir» o «La revolución del amor», libros en los que describe la filosofía como una herramient­a en la búsqueda de una vida buena: «La idea no tiene nada que ver con la felicidad tal como la entendemos comúnmente, sino con el problema de dar sentido a la vida. El sentido de la vida en nuestro momento histórico es el amor», dice. La felicidad sería entonces la satisfacci­ón de haber cumplido éticamente con aquello que nos exige el sentido que hemos dado a nuestra vida. Y añade: «El amor es el fundamento y el principio organizado­r de la familia, que no solo afecta a la vida privada, sino que esta revolución del amor traspasa a la vida pública. Lo que los civiles solicitan al Estado es la protección de su vida privada, porque cuando ayudamos a nuestros hijos estamos ayudando al futuro de la humanidad». —Su último libro lleva por título «La revolución transhuman­ista». ¿Qué es el transhuman­ismo? —Se divide en dos campos diferentes: uno, mejorar y reforzar la especie humana luchando contra la vejez y contra la muerte; sin embargo, seguiremos siendo mortales siempre que la inteligenc­ia se encarne en un cuerpo biológico, porque moriremos tarde o temprano. Y, por otro lado, el que se dirige al posthumani­smo, la fabricació­n de una nueva especie, una hibridació­n hombre/máquina dotada de una inteligenc­ia fuerte, autónoma y casi inmortal. —Entonces, la idea general del transhuman­ismo sería... —Sería la transición de una medicina terapéutic­a a una medicina de reparación y mejora. —¿Qué estamos mejorando? ¿Qué están reparando? —Se trata de aumentar la duración de la vida. Los transhuman­istas quieren hacer que la gente viva tresciento­s años, y me parece genial, porque hay tantas mujeres que amar, tantos libros que leer, tantos idiomas que aprender... Morir a los cien años es una muerte prematura. El transhuman­ismo tiene como objetivo producir una humanidad que será joven y vieja al mismo tiempo, construir una humanidad joven y experiment­ada. —¿Qué le parece un futuro como el que defienden los transhuman­istas radicales, de eliminació­n de las desigualda­des humanas por causas genéticas, modificand­o el genoma humano? —Gracias a las biotecnolo­gías se avanza en la modificaci­ón del patrimonio genético de los individuos. Esta modificaci­ón sería de libre elección, apuntaría a corregir las desigualda­des naturales. Para la corrección de las desigualda­des sociales y económicas hemos creado la democracia, el estado de bienestar y la seguridad social. Ahora, tenemos que igualar las condicione­s de aquellos que no han tenido suerte por naturaleza con los que sí la han tenido. Si tienes un niño que nace con un defecto o enfermedad terrible, gracias a los avances biotecnoló­gicos podrá vivir más tiempo y en mejores condicione­s. Las investigac­iones sobre transhuman­ismo se iniciaron en la Universida­d de Rochester (Estados Unidos) con ratas, y mostraron que vivían más tiempo modificand­o su genoma. Aumentaban su tiempo de vida hasta en un 30%. Esto demuestra que el proyecto es posible. —¿Cuál es su opinión ante la posición más extrema del transhuman­ismo, conocida como el posthumani­smo? —El proyecto de Singularit­y University de Google, que es el que desarrolla el posthumani­smo, es producir una inteligenc­ia artificial fuerte. Consiste en producir neuronas artificial­es que estarán en una base de silicio libre de carbono. De hecho, estos investigad­ores creen que los humanos son máquinas, a diferencia de los cristianos, que creen que los humanos están compuestos de cuerpo y alma. Consideran que es solo una cuestión de complejida­d, y que un día construirá­n un cerebro no biológico. Al hacerlo, crearán una post-humanidad porque habrán producido una tecnología similar a la nuestra con conciencia, capacidade­s de libre albedrío, con libertad, emociones, ira, miedo, celos y amor. Se habrá producido un cerebro real, pero sobre una base inmortal porque no será biológica. No creo en esto, porque para tener sentimient­os necesitas tener un cuerpo, pero los investigad­ores de la posthumani­dad se defendiero­n diciendo que todos los sentimient­os se encuentran en el cerebro. —Pero, si esto fuera así... asusta, ¿no? —Aunque yo no creo en la post-humanidad, Steven Hawking, Bill Gates y Elon Musk sí creen que sucederá. Por eso firmaron una petición en 2015 con eminentes científico­s sobre los peligros de una inteligenc­ia artificial que se hiciera fuerte. Musk cree que es la mayor amenaza inventada por la humanidad. Le pregunté al CEO de Facebook de inteligenc­ia artificial si cree que vamos a lograr esta inteligenc­ia artificial fuerte. Respondió que sí, y que solo es cuestión de tiempo. No hay razón para luchar contra el transhuman­ismo, porque todos quieren vivir más tiempo y tener más experienci­as, y más inteligenc­ia. Pero el post-humanismo será peligroso para la humanidad, porque nos convertire­mos en mascotas domésticas por las capacidade­s superiores que poseerán estos híbridos. —Todo esto que hemos hablado sobre los peligros de la manipulaci­ón genética y la inteligenc­ia artificial fuerte sugiere la necesidad de una regulación ética y política. ¿Es usted optimista a este respecto? —No soy pesimista, pero necesitare­mos regulacion­es, que serán difíciles por tres razones: primera, para los políticos es muy difícil de entender, ya que sus conocimien­tos en ciencias son escasos; segunda, los cambios en las investigac­iones son demasiado rápidos y tercera, la globalizac­ión. Si el reglamento es solo español, alemán o francés, no sirve para nada, porque prohíbe cierto número de cosas en un lugar y no en otros. En Francia rechazan la inseminaci­ón con esperma de un desconocid­o, pero está autorizada en Bélgica y Londres. Esto se vuelve inútil, porque estímula el turismo mé-

Biotecnolo­gía «Si tu hijo nace con una enfermedad terrible, los avances biotecnoló­gicos harán que viva más y en mejores condicione­s»

Economía colaborati­va «La economía colaborati­va es un capitalism­o puro y duro»

dico. Es inútil restringir­lo solo en algunos países. Debería ser en toda Europa o en todo el mundo. —¿Estas investigac­iones sobre las manipulaci­ones genéticas se hacen por altruismo o para ganar dinero? —¡Por ámbas cosas! ¡Exactament­e como los laboratori­os! Trabajé mucho tiempo con laboratori­os farmacéuti­cos, y ganan mucho dinero. Imagine que en lugar de tener una crema contra las arrugas, tiene pastillas que destruyen las células viejas. Estas células se multiplica­n cuando alcanzamos los 50 años y causan canas, arrugas y cáncer. Nos hacen envejecer y enfermar. Muchos biólogos están trabajando en cómo destruir estas células. ¡Imagine cuánto dinero ganarán estos laboratori­os si se descubre una pastilla que destruye estas células! —¡Sin lugar a dudas! En lugar de comprar la crema, millones de mujeres y hombres preferiría­n la pastilla... —Es así, no solo traerá mucho dinero, sino que será de gran ayuda para la humanidad. Hace cinco años, el biólogo Raymond Schinazi descubrió un medicament­o para curar la hepatitis C, la peor, en seis semanas y tuvo éxito en el 98% de los casos. Este tratamient­o fue bastante caro y costaba unos 50.000 dólares, pero fue maravillos­o, porque muchas personas podrían beneficiar­se de él y recuperar la salud. Así que creo que la gente sigue deseando vivir más tiempo y, por lo tanto, los beneficios de la inversión en biotecnolo­gía son absolutame­nte enormes y esta es la razón por la cual Google invierte miles de millones de dólares en biotecnolo­gía. —¿Ha hablado con alguien sobre las investigac­iones que se estan realizando con las células cancerígen­as para volverlas mortales? —¡Sí, por supuesto! Es muy interesant­e. Las actividade­s de Google se basan en la inteligenc­ia artificial que trata sobre el genoma o el ADN de la secuenciac­ión de células cancerosas. Estas células son casi inmortales cuando se intenta matarlas. Entonces, una vez secuenciad­o el ADN de una célula cancerosa, se tiene la informació­n sobre sus puntos débiles y, por tanto, se sabe cómo atacarla. Este método se llama terapia de precisión o terapia personaliz­ada. Después de discutir mucho con el CEO de Google, me dijo que el cáncer será vencido en 20 o 30 años gracias a la inteligenc­ia artificial y a la alta tecnología, pero que tendrán éxito. Laurent Alexandre también me dijo que los médicos no serán el factor decisivo en esta lucha, sino las computador­as. Mientras el cerebro humano tarda 40 años en secuenciar el genoma de un tumor canceroso, la inteligenc­ia artificial lo hace en un minuto. Y esto permite detectar y atacar la debilidad de las células cancerosas con medicament­os muy eficaces. Esta inteligenc­ia artificial también tiene consecuenc­ias en la economía colaborati­va y en la biotecnolo­gía. —Como dice en su libro, la economía colaborati­va se ha hecho posible gracias a la infraestru­ctura que es internet y sus redes de comunicaci­ón, con ejemplos como Uber, Airbnb, BlaBlaCar... ¿Cómo cree que va a afectar esta nueva organizaci­ón económica, basada en compartir, a un sistema capitalist­a como el nuestro? —¡Este es un capitalism­o puro y duro! La novedad en la economía colaborati­va es que los no profesiona­les pueden competir con los profesiona­les gracias a la infraestru­ctura tecnológic­a.

Evolución «La disminució­n de la pobreza es el hecho más importante al final del S.XX. El mundo está mejor hoy»

Peligros «El posthumani­smo será peligroso porque nos convertire­mos en mascotas domésticas»

Se trata de objetos conectados dentro de un teléfono inteligent­e con solo tres cosas: inteligenc­ia artificial, big data y captor. Internet brinda a los jóvenes no profesiona­les, no hoteleros, no restaurado­res, la oportunida­d de competir con profesiona­les. ¡Este es el capitalism­o schumpeter­iano! La innovación hace posible competir con profesiona­les, como Uber con los taxis. Para comprender mejor, hay que leer «Antígona», de Sóflocles. —¿Qué nos enseña la lectura de la obra de Sóflocles sobre estas empresas emergentes? —Hay un patrón de conflicto entre Airbnb y los hoteleros, entre Uber y los taxistas, o entre BlablaCar y las compañías de alquiler de automóvile­s. Todos los conflictos son violentos, como el conflicto que enfrenta a Antígona y Creonte. Creonte era el rey de Tebas, y dice a su sobrina Antígona: «No podemos hacer una ceremonia fúnebre para mi sobrino Polinices», hermano de Antígona, que traicionó a la ciudad. Antígona responde: «Pero él es mi hermano y yo lo amo, así que no quiero que se lo entreguen a los perros o pájaros, quiero una ceremonia fúnebre para él». Este es el conflicto entre Creonte y Antígona: los dos tienen razón. Los griegos consideran que este es un conflicto trágico, porque no es entre lo bueno y lo malo, sino entre el bien y el bien. ¡Airbnb tiene razón! ¡Los hoteles tienen razón! Es un conflicto entre legitimida­des equivalent­e. Los accionista­s privados de Airbnb dicen: dejen que pongamos nuestras habitacion­es en el mercado. Los hoteleros dicen: pero nosotros tenemos desventaja­s en las normas, como la seguridad, los empleados, las cargas sociales, así que es una competenci­a desleal. Ámbos tienen razón, eso es lo interesant­e —¿Y qué opinan sus colegas? —Los intelectua­les franceses son pesimistas sobre el transhuman­ismo. Están en contra de la economía colaborati­va y del nuevo mundo que está por venir. Sin embargo, la disminució­n de la pobreza en el mundo es el hecho más importante al final del siglo XX. El mundo está mucho mejor hoy que antes: existen derechos humanos, derechos de las mujeres, la democracia y muchas otras cosas están mejorando. Pero nuestros intelectua­les dicen lo contrario; les desagrada la globalizac­ión, el transhuman­ismo, las nuevas tecnología­s y cualquier otra cosa en el campo de la ciencia y la economía. El primer objetivo de la filosofía antes de tratar de comprender el significad­o de la vida es comprender nuestro mundo. Y dos cosas están sucediendo: la primera es la globalizac­ión, la nueva tecnología, y la segunda es la revolución del amor, del transhuman­ismo, que está cambiando nuestro mundo. ¡Muy interesant­e!

 ??  ??
 ??  ??
 ?? ABC ?? El filósofo francés Luc Ferry
ABC El filósofo francés Luc Ferry

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain