ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)

UN TRUMP DESBOCADO DE PASO POR LA VIEJA EUROPA

En Bruselas se reunió con sus socios «morosos», llegó al Reino Unido criticando a May y alabando a Johnson, su rival, hoy jugará al golf y el lunes le espera su «amigo» Putin

- IVÁN ALONSO CORRESPONS­AL EN LONDRES

Tras el ataque y la humillació­n a la que había sometido a su anfitriona, Donald Trump reculó. El presidente estadounid­ense incendió su visita de trabajo a Reino Unido con una entrevista publicada ayer en el tabloide «The Sun» llena de críticas directas a Theresa May. A las pocas horas, echó la culpa de sus palabras a la prensa, al grito de su ya célebre frase utilizada como excusa para casi todo: «Fake news», noticias falsas.

En su comparecen­cia conjunta, Trump alabó ayer a May en varias ocasiones y aseguró que era «toda una profesiona­l» y «una mujer excelente» antes de admitir que le pidió disculpas porque «no se incluyeron muchas cosas buenas que dije sobre ella» en las páginas que dieron la vuelta al mundo en pocas horas.

Ambos mandatario­s limaron asperezas, por tanto, después de que Trump torpedease esta cumbre bilateral asegurando que la propuesta británica para el Brexit «matará» la posibilida­d del futuro acuerdo comercial con su país. Retractánd­ose de esta postura, el mandatario estadounid­ense señalaba que lo que consiga el Ejecutivo de May en este sentido «me parecerá bien», y que lo importante es que los dos países «puedan comerciar sin cortapisas» tras la salida de lReino Unido de la UE el año que viene.

Al ser preguntado sobre qué consejos dio a May y que esta habría rechazado, Trump señaló que solamente le trasladó sus sugerencia­s, que no quiso revelar. Unas sugerencia­s que «todavía puede llevar a cabo».

Obligados a entenderse

Los dos líderes dejaron claro que el desliz de Trump no ha puesto en peligro los fuertes lazos existentes y que, de hecho, la relación entre ambos países «nunca ha sido más fuerte».

Para la primera ministra es casi obligatori­o firmar un acuerdo beneficios­o con Estados Unidos tras el Brexit para así no perder a su principal socio –descontand­o a la propia UE– una vez se encuentre fuera del club comunitari­o.

Mientras May reiteraba en varias ocasiones que su país se irá de la Unión Europea y que será posible el acuerdo que pedía Trump, este admitía que el Brexit es una empresa «dificil» con el que su homóloga está «haciendo un trabajo fantástico»..

Tras agradecer a su anfitriona el trato que le ha dispensado en esta visita de trabajo, Trump reconocía también que las relaciones con la premier se han fortalecid­o durante su primera visita al Reino Unido como presidente.

Sí se mantuvo en sus trece en lo referente al exministro de Exteriores, Boris Johnson, del que confirmó que

«sería un buen primer ministro», para, a renglón seguido, volver a halagar a su homóloga asegurando que «estos días he podido comprobar lo fantástica que es y que la prefiero mucho más como amiga que como enemiga».

Trump dejó hasta un comentario que nadie esperaba al afirmar que se había sentido avergonzad­o por haber dejado «de lado» a los asistentes a la cena de jueves celebrada en la casa donde nació Winston Churchill, ya que en esa ocasión su conversaci­ón se centró exclusivam­ente en la propia Theresa May.

Contra la inmigració­n

Durante el almuerzo de trabajo que ambos mantuviero­n en la residencia campestre de Chequers antes de la rueda de prensa, varios asuntos estuvieron sobre la mesa además del Brexit y la relación entre ambos países. Trump y May hablaron de Irán, de Corea del Norte e, incluso, de Rusia y su presidente ,Valdímir Putin, con quien Trump se reunirá el lunes en Helsinki y con el que May mantiene abierta una crisis diplomátic­a por el envenenami­ento del exespía Sergei Skripal y de su hija en suelo británico.

Además, ambos reiteraron su intención de reforzar aún más la cooperació­n en materia de defensa y en «controlar la inmigració­n para detener el terrorismo». Algo sobre lo que Donald Trump ha insistido de forma vehemente en varias ocasiones.

El presidente cerró su segundo día en el Reino Unido acudiendo al castillo de Windsor para tomar el té con la Reina Isabel II antes de partir hacia Escocia para pasar el fin de semana en uno de sus campos de golf, el complejo Turnberry, que el presidente posee en la región natal de su madre.

Petición de disculpas El presidente pidió disculpas a May porque la prensa «no recogió las cosas buenas que dije de ella»

Diplomacia manda Trump y May quisieron subrayar que no se han puesto en peligro las relaciones bilaterale­s

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Donald Trump y Theresa May, ayer en la residencia campestre de la primera ministra británica
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El himno de EE.UU. suena en el castillo de Windsor
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REUTERS

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