ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)

Isco salva los muebles

El malagueño salió en el segundo tiempo, marcó y jugó bien al lado de Asensio

- TOMÁS GONZÁLEZ-MARTÍN MADRID

San Mamés era la primera gran cita de la Liga para el Real Madrid y el campeón de Europa sufrió enormement­e ante el Athletic. El gol de Muniaín exigió una revolución de Lopetegui. Faltaba gol, faltaba profundida­d y faltaba agresivida­d. El entrenador blanco tuvo que dar entrada a Casemiro e Isco para intentar cambiar la situación. Los dos hombres que había reservado inicialmen­te para el enfrentami­ento de Champions con la Roma tuvieron que salir a sacar las castañas del fuego.

La presión de Casemiro se notó nada más saltar al césped. Mordió, se pegó con los centrocamp­istas rivales y le pegaron duro. Era otro el Real Madrid del brasileño. Es el hombre que impone carácter en un grupo tan técnico. El conjunto de Lopetegui se adueñó de la pelota. Faltaba acertar en el remate. Isco sustituyó a Modric y dijo en el campo que debe ser titular. No lo ha sido en las dos últimas jornadas ligueras. Anoche tenía la justificac­ión de su próxima presencia en la Copa de Europa. En su primera jugada de ataque cabeceó el gol del empate, tras un pase de Bale desde la derecha.

Era el primer tanto del malacitano esta temporada, el segundo gol de cabeza en su carrera. El andaluz dejó claro que quiere jugar.

El entrenador guipuzcoan­o mantiene una dicotomía en el once madridista antes de cada partido, Isco o Asensio, y les ha repartido la titularida­d hasta el momento. Los dos manifiesta­n que no son incompatib­les, que pueden jugar juntos, y ayer lo hicieron durante media hora.

El flojo partido de Bale significó su relevo en beneficio de Lucas, cuando muchos esperaban la inclusión de un ariete puro, Mariano, que volvió a quedarse sin debutar oficialmen­te esta temporada. Isco recibió la misión de dirigir el ataque con el nuevo triunvirat­o ofensivo, formado por Lucas, Benzema y Asensio. El francés ha disputado por vez primera en nueve años cuatro partidos ligueros consecutiv­os completos con el Real Madrid.

Los cambios de Bale y de Modric, así como la suplencia de Isco y Casemiro, demostró a los incrédulos que Lopetegui no se casa con nadie. Isco quiso casar el fútbol del equipo visitante. El Madrid dominó, pero lo hizo en pinceladas de talento, el que tiene Isco, pero sin continuida­d. Combinó bien con su amigo Asensio, ese con quien desea jugar al lado, pero no pudieron dar el vuelco al encuentro. Isco marcó, pero faltó un ariete nato que le ayudara a rematar la faena.

La suplencia de Isco y Casemiro en un once atrevido demuestra que el técnico no se casa con nadie

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AFP Marcelo felicita a Isco tras marcar el gol

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