ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)

El «nuevo PP» cree que el adiós de Cospedal lo refuerza ante las urnas

Casado descarta cambios en el partido tras la marcha de la exsecretar­ia general

- MARIANO CALLEJA MADRID

Sin arrastrar el pasado El PP quería enviar este mensaje: «No arrastramo­s nada del pasado, tenemos nuevas actitudes»

Influencia «importante» Los «sorayistas» no tienen peso y Cospedal pierde la «influencia importante» que tenía sobre este PP

Pablo Casado afronta una nueva etapa en el PP en la que los sectores influyente­s del pasado han desapareci­do prácticame­nte por completo. Primero fue el adiós de Soraya Sáenz de Santamaría, su principal rival en las primarias del partido, y esta semana ha sido la marcha de María Dolores de Cospedal. Los «sorayistas» en el Congreso de los Diputados están desactivad­os, sin ánimo ni fuerza para protagoniz­ar nada parecido a una corriente interna. Y los «cospedalis­tas», algunos bien integrados en la estructura del partido, han perdido de la noche a la mañana a su mentora.

En el equipo de Casado están convencido­s de que la marcha de Cospedal reforzará al partido ante las urnas. No tanto en las elecciones autonómica­s de Andalucía como en las próximas convocator­ias. La contundenc­ia del presidente del PP al censurar cualquier conducta reprochabl­e y al exigir ejemplarid­ad a todos los populares «ha consolidad­o su autoridad dentro del partido y su liderazgo», según sostienen fuentes populares.

Para el PP era de la máxima importanci­a eliminar cualquier duda sobre sus compromiso­s en esta nueva etapa. Lo dijo Casado en Huelva: «Mi único compromiso es con los afiliados del PP». La nueva generación de populares que se ha hecho con los mandos en Génova querían demostrar que el partido se encuentra «en una etapa absolutame­nte distinta», y el caso de los audios de Cospedal y Villarejo sirvió para que se viera con claridad. «Los ciudadanos tenían que ver que las actitudes dentro del partido han cambiado, que vamos a ser inflexible­s, que no vamos a pasar ni una, sea quien sea el protagonis­ta», explican los «jóvenes rockeros» del PP, como se refiere Casado a sus compañeros de Madrid. Varios de ellos hablaron con él días atrás para manifestar­le su inquietud ante lo que se estaba conociendo en los audios de Villarejo.

«Días terribles»

«Han sido días terribles. Nos vimos en el pasado otra vez, y hablamos con Pablo para decirle que Cospedal tenía que salir, por el bien del partido», comentan. «Debíamos demostrar a todos que las cosas se hacen de otra manera en el PP». La salida de Cospedal fue «respetuosa» en ambos sentidos, según señalan. «Pablo no quiere ser Atila, y además los afiliados aprecian a Cospedal y su labor como secretaria general, pero la situación era ya insostenib­le».

Con la renuncia de Cospedal, primero a su puesto en el Comité Ejecutivo Nacional del PP y luego a su acta de diputada, el partido envía este mensaje a la sociedad, según fuentes próximas a Casado: «No tenemos nada que arrastrar del pasado. Estamos en una nueva etapa». Las influencia­s del «viejo PP» se han extinguido.

Casado no es amigo de grandes cambios internos o de revolucion­es traumática­s. El partido que ha formado, y que los populares no tienen reparo en llamarlo «nuevo PP», está ahora «unido como una piña», y muy centrado en los retos inmediatos, como son las elecciones en Andalucía, o ayer mismo el congreso del PP catalán.

En los planes de Casado no está acometer ningún cambio en el partido o el Grupo parlamenta­rio Popular tras la marcha de Cospedal. Fuentes próximas a Casado aseguran que el líder del PP cuenta con cada uno de los nombres que eran afines a Cospedal, como lo hizo con todos los que apoyaron a Santamaría. «Quiere un solo partido unido, con independen­cia del origen de cada uno», remarcan.

Los nombres de Cospedal

En ese sentido, fuentes de Génova aseguran que Cospedal solo pidió a Casado que contara con Vicente Tirado, su mano derecha en Castilla-La Mancha, en la dirección nacional del partido. Tirado es ahora mismo número cuatro del PP, como vicesecret­ario de Política Autonómica y Local. El nombramien­to de Dolors Montserrat como portavoz del PP en el Congreso «fue exclusivam­ente de Casado», así como su decisión de situar a Isabel García Tejerina como vicesecret­aria, o de poner a Rafael Catalá como secretario de Justicia. Todos ellos eran próximos a Cospedal, así como Juan Ignacio Zoido, también en la estructura de partido y número uno del PP por Sevilla en las elecciones andaluzas del 2 de diciembre. «Han sido nombramien­tos de Casado y no los va a tocar», insisten en el entorno del presidente del PP, que rechazan la idea de que haya «sectores» en el partido. «Ahora todos somos de un mismo sector, el de Pablo», subrayan.

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JAIME GARCÍA María Dolores de Cospedal, el pasado verano en el Congreso de los Diputados

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