ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
La pasividad de los Mossos permite a los CDR cortar la AP-7
Los radicales independentistas se envalentonan con la cobertura de Torra
La decisión de Torra de no defender la acción de los agentes en las cargas policiales de Gerona y Tarrasa (Barcelona) del jueves tuvo su reflejo práctico ayer mismo, al dejar los Mossos d’Esquadra que apenas medio centenar de radicales cortasen la AP-7 a la altura de la Ampolla (Tarragona) durante todo el día. Entre las 7.00 y las 22.00 horas, varias decenas de encapuchados cortaron la circulación de la AP-7, tanto en su dirección norte como en el sentido sur, impidiendo así que los vehículos circulasen por la vía rápida que recorre gran parte de la costa Mediterránea y une España con Francia. Los radicales, identificados como miembros del CDR de Cambrils (Tarragona), dejaron por la mañana la calzada llena de neumáticos, piedras, maleza, troncos y dañaron guardarraíles al utilizarlos como vallas para impedir el paso de los automóviles.
Al poco de cortar la autopista, varias dotaciones de los Mossos d’Esquadra ya tenían controlados a los CDR y desviaban la circulación de la AP-7 por la N-340. Sin embargo, los agentes no efectuaron ninguna actuación y permitieron que los radicales tomasen la calzada hasta la noche. Al ver la pasividad de los policías, los autodenominados CDR pidieron «refuerzos» –a través de las redes sociales de internet– para que se uniesen a la acción de protesta. La llamada no obtuvo la respuesta esperada y a lo largo del día el corte de la autopista concentró, en el momento de mayor afluencia, a un centenar de personas. Aunque los CDR se habían preparado para pasar la noche en la autopista, los Mossos les advirtieron a las 20.00 horas de que a medianoche debían desalojar la AP-7. Hacia las 22.00, los CDR decidieron irse después de ocupar la autopista unas quince horas.
Por la mañana, la situación derivó en enfrentamientos verbales con algunos conductores, tanto de turismos como de camiones, que reprocharon a los CDR una acción incívica y sin nigún seguimiento. Ante la negativa de los CDR de desistir, la policía permitió a los coches dar la vuelta en los dos puntos (norte y sur) cortados para que pudieran seguir hasta sus destinos por la N340, una decisión que para los camiones y los autobuses se demoró hasta cinco horas por la dificultad de maniobra de vehículos de grandes dimensiones.
«El pueblo manda»
de 2017; la dimisión del consejero de Interior, Miquel Buch, por las cargas de Gerona y Tarrasa; la libertad de los políticos presos y la vuelta sin consecuencias jurídicas de los fugados de la Justicia. El lema de la acción, que pintaron en amarillo –con falta de ortografía incluida– en la calzada de la autopista, era elocuente: «Somos república. El pueblo manda. El gobierno obedece».
Hoy Torra se reunirá con el consejero de Interior, Miquel Buch, para analizar las cargas de los Mossos d’Esquadra del jueves. El objetivo de Torra es depurar las posibles responsabilidades de unas cargas que el mismo 6 de diciembre fueron defendidas por Andreu Martínez, director general de la Policía autonómica. No está previsto que trascienda el contenido de la reunión, según indicaron ayer a ABC fuentes de la Presidencia de la Generalitat. Y en principio se esperará a la reunión ordinaria semanal del
gobierno autonómico –el próximo martes– para informar de los detalles de la purga anunciada.
Críticas de la oposición
La pasividad mostrada ayer por los Mossos d’Esquadra fue motivo de discusión política. La líder de Cs en Cataluña, Inés Arrimadas, criticó el acto de Bruselas (Bélgica) para presentar el Consell per la República, al que asistió Torra, y envió un mensaje al Gobierno: «Mientras Torra está creando otro chiringuito para su república imaginaria, en Cataluña los comandos separatistas siguen campando a sus anchas, boicoteando a los ciudadanos y cometiendo actos violentos. ¿Qué más tiene que pasar para que Sánchez reaccione?». En el mismo sentido se manifestó Andrea Levy (PP).