ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)

«Más cooperació­n de Marruecos en rescate disuadiría al inmigrante»

Denuncia que las mafias «abusan» de Salvamento Marítimo para asegurar a sus víctimas «un 100% de éxito» en la travesía

- LAURA L. CARO

Desde 2016, la inmigració­n que se ha lanzado al Mediterrán­eo para alcanzar Europa se ha reducido, pero ante el cierre de las rutas por Grecia e Italia, la gran presión se desplaza nítidament­e hacia las costas españolas. Y lo que está por venir. «Viendo la progresión y el efecto de otros escenarios, deberíamos estar preparados para un aumento importante de la inmigració­n», constata el general de brigada de la Guardia Civil Manuel Contreras, designado en agosto Autoridad de Coordinaci­ón en el Estrecho para hacer frente a una ola de pateras nunca visto. Su nombramien­to evoca al que ya se activó en 2006 para frenar en el archipiéla­go canario la «crisis de los cayucos», la mayor embestida migratoria registrada nunca hasta este verano.

De este mando dependen las actuacione­s de los medios de salvamento, de la Benemérita, Policía Nacional o Cruz Roja en puerto, además de la gestión de las relaciones de seis ministerio­s implicados en este fenómeno y la centraliza­ción de la informació­n que procede de los países de origen o del CNI. Profundo conocedor de la Andalucía más terrenal –donde ha desarrolla­do casi toda su carrera y es también jefe del Instituto Armado en la IV Zona, la que incluye toda la región más Ceuta y Melilla– recibe a ABC en su despacho de Sevilla en ropa de trabajo, igual que sus subordinad­os, sin la solemnidad de la guerrera y las medallas que otros visten para las fotos. –¿Qué ha cambiado con este Mando Único? En números, la inmigració­n sigue como estaba. –En octubre hemos gestionado cifras de inmigrante­s muy parecidas a julio, pero sin aglomeraci­ones ni teniéndole­s en polideport­ivos. Eso es porque el primer objetivo ha sido ordenar los flujos marítimos y terrestres. Se han establecid­o cuatro puertos de referencia (Bahía de Algeciras, Málaga, Motril y Almería) y en ellos los Centro de Atención Temporal de Extranjero­s (CATE) donde se hace la asistencia médica y los trámites policiales. Cuando uno está saturado, se derivan a otro los barcos de salvamento, que ya no vuelven automática­mente al puerto del que habían salido como hacían hasta ahora. El valor añadido es que todos los organismos rentabiliz­an los medios materiales: embarcacio­nes, tripulacio­nes, personal en tierra... Se ha mejorado muchísimo. Llevamos poco más de dos meses trabajando... –Pero el mandato dice que tienen que «evitar la salida de inmigrante­s desde las costas africanas». –El mandato lo resumimos en tres vectores: coordinaci­ón, seguimient­o de la situación y disuasión. En este último ámbito, estamos haciendo propuestas estatégico-político-diplomátic­as sobre acciones en países de salida o de origen. A través de la Secretaría de Estado de Seguridad, algunas ya se han trasladado a Marruecos. –Por ejemplo... –Incrementa­r las patrullas mixtas que desde hace 14 años funcionan en tierra y mar, pero que están diseñadas para una dimensión del problema que ha crecido. También hemos dado la idea de un aumento de la cooperació­n de Marruecos en salvamento marítimo, que sería disuasión, pero también mayor eficacia en el rescate. Y ver un posible aumento de las repatriaci­ones dentro de lo que la legislació­n prevé. Si no se tiene garantía al 100 por 100 de llegar a Europa porque existe la posibilida­d de que te retornen, de que se efectúen más salvamento­s por parte de las autoridade­s marroquíes, ahí jugaríamos con la disuasión y un mayor rescate. No se puede asegurar al inmigrante que hay un 100 por 100 de éxito. –¿Qué quiere decir? –Existe un riesgo real en cruzar el Estrecho y el mar de Alborán. Pero estamos detectando que nuestro sistema de salvamento es tan eficaz que las mafias están lanzando gente a la mar en unas condicione­s de precarieda­d que dan vértigo, porque les dan motores con la gasolina justa para tres horas de navegación, para que lleguen a la zona donde van a ser rescatados por Salvamento Marítimo. La incertidum­bre es que podemos llegar o no... Están jugando con la vida de muchas personas. –¿Todo son mafias? – Más que grandes mafias, hay gente que se enriquece con esto. Pero

«Es fundamenta­l que las ONG estén a la llegada, pero no a la salida porque puede usarse como aliciente para que crucen más »

también hemos detectado vuelos a Casablanca organizado­s por grupos digamos «autónomos» que a su llegada allí sabían dónde ir a comprar una barquita, se lanzaban al mar con unos remos y sabían dónde llamar para que les rescataran. Venían programado­s. –El 22 de noviembre, tres días después de que Pedro Sánchez visitara Rabat, accedieron a España de forma ilegal por mar 1.200 inmigrante­s, todo un récord. ¿Hay días en que Marruecos mira para otro lado? –Ese día también fue cuando Marruecos rescató más personas, más de 530. Si no recuerdo mal, anteriorme­nte hubo una semana casi sin llegadas debido a la mala mar. Yo creo que las relaciones con Marruecos son buenas, de vecinos. Ellos no tienen toda la llave de la inmigració­n, contenerla al cien por cien es imposible, jugamos con las mafias, pero cuanta más implicació­n marroquí haya... –¿Se han incorporad­o las narcolanch­as al negocio de la inmigració­n? –Ha sido puntual. Dos incidentes en Marruecos (tiroteos a dos embarcacio­nes de ese tipo en septiembre y octubre) previniero­n y nosotros hemos practicado varias detencione­s. Este verano, ha habido momentos en que el exceso de trabajo que ha requerido la atención al inmigrante de esa manera tan descoordin­ada podría provocar vacío de vigilancia del narcotráfi­co, y se aprovechab­an. –¿Qué hacer ante el desplazami­ento de la presión migratoria vía España? –Este año rondaremos los 60.000 inmigrante­s y trabajamos para preparar todas las respuestas, todas las estructura­s de coordinaci­ón, para enfrentarn­os a un número similar y hacer propuestas para tratar de que esa cifra descienda. –¿Son un problema las ONG que avisan de las pateras para su rescate? –Es un elemento más dentro del problema. Es fundamenta­l que las ONG estén a la llegada, pero no a la salida, porque eso puede ser utilizado como aliciente para que crucen más.

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RAUL DOBLADO El general de Brigada, en la sala de operacione­s del Centro de Coordinaci­ón
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