ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
Alarma por el récord de casi 40.000 muertes por arma de fuego
El año pasado murieron por arma de fuego en Estados Unidos 39.773 personas, la cifra más alta en cuatro décadas, según confirmó ayer el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades, la agencia sanitaria del Gobierno norteamericano. De esas muertes, 14.542 corresponden a homicidios y el resto son suicidios y accidentes.
En ese recuento de 2017 se incluyen masacres como la de octubre en Las Vegas, cuando Stephen Paddock amasó un arsenal en su hotel y disparó contra una multitud que acudía a un concierto, matando a 58 personas e hiriendo a 581. El autor se suicidó.
La exdiputada demócrata Gabby Giffords, que casi murió en un tiroteo en Arizona en 2011, denunció ayer la pasividad del Gobierno. «Es completamente inaceptable que el número de muertes en tiroteos siga subiendo mientras en Washington los políticos rechazan debatir leyes que salvarían vidas», dijo en un comunicado.
Legislación laxa
EE.UU. es uno de los países con la legislación más laxa para la compra y tenencia de armas de fuego. Junto con México y Guatemala, es uno de los tres países que incluyen el derecho a portar armas en su Constitución. Las regulaciones varían por Estado, pero en la mayoría de ellos es fácil adquirir pistolas y rifles de asalto.
En dos décadas, han crecido en más de 10.000 las personas muertas por arma de fuego en la primera potencia mundial. La cifra actual sólo es comparable a la de 1979, cuando el Gobierno comenzó a recoger y archivar las cifras de muertes relacionadas con ellas.