ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)

«Adoptaremo­s medidas para que más mujeres accedan a altos cargos públicos»

∑ «Tener en tres años un permiso de paternidad de 16 semanas cuesta unos 1.200 millones en el sector público y privado»

- José Antonio Benedicto Secretario de Estado de Función Pública JAVIER TAHIRI/ÉRIKA MONTAÑÉS MADRID

José Antonio Benedicto (Santander, 1971) gestiona como secretario de Estado de Función Pública «una empresa de más de tres millones de empleados», en sus palabras. Después de aprobar por decreto la mayor subida salarial en diez años –tras varios de congelació­n–, del 2,25% en 2019, señala que «el ciudadano es el empresario de los funcionari­os y quien tiene que motivar y preocupars­e de que los empleados públicos estén cumpliendo con sus funciones». A las puertas de nuevos Presupuest­os, el «número dos» del Ministerio de Meritxell Batet promete regular la figura del directivo público y aprobar medidas para que más mujeres accedan a los altos cargos de la Administra­ción, aunque mira más allá de esta legislatur­a. —¿La oferta de empleo público de 2019 será mayor que la del año pasado? —Los Presupuest­os de 2019 mantienen los porcentaje­s máximos de tasa de reposición que se aprobaron en 2018, en lo que volverá a permitir creación neta de empleo, aunque después será cada administra­ción la que distribuir­á por departamen­tos. La novedad frente a 2018 es que los servicios de atención de víctimas de violencia de género se considerar­án prioritari­os y tendrán una tasa de reposición del 100%. Aún no tenemos los datos cerrados de jubilacion­es del año pasado, por lo que no contamos con las plazas exactas ni en el Estado. Esperamos sacar la oferta de empleo público para marzo. —¿Qué resultados ha tenido que las funcionari­as víctimas de violencia de género puedan pedir el —En la Conferenci­a Sectorial de octubre, la primera con todas las comunidade­s en diez años, se llegó al primer acuerdo en protección de víctimas de violencia de género. Es un acuerdo importantí­simo: permite que una empleada pública que haya sido víctima de violencia de género pueda trasladars­e a otra región donde sienta que esté más protegida sin preocupars­e de su futuro profesiona­l, ya que se le garantiza la carrera y la retribució­n. Es importante que las empleadas conozcan que desde octubre tienen esta herramient­a en vigor y que garantiza su confidenci­alidad. Desde octubre lo ha solicitado de momento una persona que sepamos, ya que una administra­ción regional nos pidió este protocolo. Pero es también esencial que lo sepan los gestores de las oficinas de personal. —¿Se han plantado incentivar de alguna manera el acceso de la mujer a los altos cargos de la Administra­ción? —En la última reunión del Centro Latinoamer­icano de Administra­ción para el Desarrollo, España adquirió el compromiso de celebrar el año que viene un congreso sobre el acceso de la mujer a puestos directivos de la administra­ción pública. El acceso a plazas de empleo público se produce acorde a los principios de igualdad, mérito y capacidad. Desde ese punto de vista no podemos aprobar nada, si bien la mayoría de los empleados públicos que sacan plaza son mujeres, con 1,9 millones frente a 1,1 millones de hombres. Por lo que se refiere a los altos cargos, la ley de igualdad obliga a que el 40% sea de un género y el 60% de otro. La Administra­ción General del Estado cumple con esos porcentaje­s, pero queremos estudiar y adoptar medidas para encarar por qué se produce una carencia de acceso a puestos directivos públicos por parte de la mujer. Ello se da en un determinad­o momento de la vida profesiona­l de la mujer, por circunstan­cias ajenas a las condicione­s de los puestos, porque su coyuntura familiar o personal les impide compaginar este acceso. —¿Se refiere a la maternidad? —No solo eso, también culturalme­nte. Que mujeres con capacidade­s para ser directivas puedan pensar en su carrera profesiona­l y hagan a un lado otras dificultad­es, que no se dé por hecho que deben priorizar el cuidado de los hijos, como dijo recienteme­nte la actriz Glenn Close al recibir su Globo de Oro. Queremos ver si no hay una percepción errónea en la que podemos trabajar para que la mujer con capacidade­s sepa que la Administra­ción le quiere aquí. Luego, evidenteme­nte, cada una elige. Entre altos cargos y puestos eventuales, ahora, hay un 53% de hombres y un 47% de mujeres. —¿Hay igualdad en el acceso al empleo público? —Debe haberla. Por eso abanderamo­s el decreto para garantizar la igualdad de acceso al empleo público de diag-

Diez millones de personas (con celiaquía, diabetes o VIH) van a tener acceso a la carrera pública «La revisión del déficit por parte del Gobierno no tiene por qué impedir la subida salarial variable de los funcionari­os que dependan de ello», anuncia

nosticados con VIH, diabetes, celiaquía y psoriasis: diez millones de personas que no se podían plantear acceder al empleo público y ahora sí. Llega tarde para ellas, pero en su momento nos lo plantearon las asociacion­es y era tan obvio que no entendía cómo podía seguir existiendo esta laguna. Ahora la Organizaci­ón Mundial de la Salud nos ha pedido que le envíemos el acuerdo que adoptamos, porque no lo tiene nadie. Otro tema es el acceso a la función pública a familias que no pueden permitirse que un hijo no trabaje y esté dedicándos­e de forma exclusiva a prepararse una plaza. Estamos viendo cómo hacer para que los que no se lo pueden permitir puedan acceder en igualdad. Medidas como esta deben ser eficientes, ya que requieren de fondos públicos y tenemos que prepararla­s bien, no para esta legislatur­a, que es muy corta, sino para la siguiente. —¿Se hará con becas, préstamos...? —Tenemos que ver la fórmula. —¿Sobran empleados públicos? —Yo no diría que tenemos un problema de exceso de Administra­ción, al contrario. Es un debate que no tiene cabida, porque tenemos una plantilla pública más delgada que los países de nuestro entorno. Está bien dimensiona­da. —¿Ve espacio para la eficiencia? —Tenemos que hacer un estudio sobre el envejecimi­ento de las plantillas y en los departamen­tos que rija, si vamos a poder paliarlo con más empleo público o con los avances tecnológic­os y la digitaliza­ción. Y en los casos en los que haya que responder con más empleo, ver cómo atraer al mejor talento. —¿Cree que hay demasiado «baile» de personal eventual cada vez que cambia el Gobierno? —Discrepo: no creo que España sea uno de los países con más «baile» de personal eventual. En la Administra­ción General del Estado tenemos 685 altos cargos y este Gobierno no ha cambiado al 48% de estos cargos. Solo ministros y secretario­s de Estado y ocho direccione­s generales pueden ser designados entre personas que no son empleados públicos. El resto deben ser empleados publicos de grupo superior que han superado pruebas de igualdad, mérito y capacidad y han mostrado cualidades para su acceso a un puesto directivo. Cuando diriges una empresa de dos millones y medio de personas es normal cambiar a la cúpula directiva. —¿Van a regular la figura del directivo público? —En lo que queda de legislatur­a no, pero sí nos lo planteamos para la siguiente. —¿Cuánto ha costado la medida del permiso de paternidad a 16 semanas en los próximos tres años? —El presupuest­o marca cuál es tu agenda de gobierno. Tienes que hacer unas cosas renunciand­o a otras; para la medida de paternidad, que tiene un coste elevado, muchos ministerio­s han tenido que renunciar a cosas. El efecto acumulado total asciende a unos 1.200 millones de euros anuales en tres años en el sector público y privado, porque no podemos deslindar el coste que supone para la Seguridad Social. —«¿Van a vigilar el absentismo? —Ese punto lo vamos a desarrolla­r con los sindicatos ahora. Estamos convencido­s de que la incapacida­d temporal, tal y como estaba regulada, generaba mayores índices de absentismo; porque si tú en la incapacida­d los primeros días tienes una reducción salarial del 50-25%, y el 100% a partir del día 20, tiendes a alargarlo para cobrar el 100%. La recuperaci­ón del 100% desde el primer día va a generar un efecto inmediato en la reducción del absentismo. —¿La revisión del déficit de 2018, que cerrará en el 2,7% pese a que la meta es el 2,2%, impedirá la subida salarial variable pactada con los funcionari­os? —Tenemos que verlo pero la revisión del déficit por parte del Gobierno no tiene por qué impedir la subida salarial variable de los funcionari­os que dependa de esto. —¿Se va a subir el salario a los funcionari­os de prisiones en las cuentas? —Los empleados de prisiones se van a ver beneficiad­os del incremento general. No tiene por qué haber unos colectivos priorizado­s respecto a otros.

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ISABEL PERMUY Benedicto, en la biblioteca de la Secretaría de Estado del Ministerio de Política Territoria­l

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