ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
Cofradía Internacional de Investigadores
Cofradía Internacional de Investigadores, inspiración y empuje de Esperanza Pedraza Ruiz junto al profesor Gabriel Mora del Pozo, ella archivera del Ayuntamiento de Toledo, cargo con el que aprovechaba para captar visitantes nacionales y extranjeros, altamente cualificados, invitándoles a ingresar en tal Institución, esos muy gustosos en aceptarlo.
Al cardenal D. Marcelo González Martín se le solicitó su patrocinio que le complació. Más tarde, en 1985, éste les concedió como sede canónica la iglesia de San Sebastián de las Carreras, por cierto que sin uso. Su tejado mostraba resquicios ocasionando goteras caídas al interior; Fernando AlonsoAranda, quien con el tiempo fuera Prioste de la cofradía, hizo de albañil subiéndose al tejado para tapar los orificios por donde pudiera caer el agua.
Don Marcelo presidió en la catedral la primera investidura de cofrades, los cuales hicieron su debut vistiendo indumentaria compuesta por veste de terciopelo negro, gola y guantes blancos cubriéndose con birrete de negro color, de forma hexagonal y ornado con florón – y flecos en el caso de los doctores – de los colores de las carreras universitarias de las que han conseguido su correspondiente licenciatura o doctorado. Año tras año son investidos nuevos ingresados en la Iglesia de Santo Tomé o en San Juan de los Reyes; en jornada posterior extraordinaria en la Sala Alta del Ayuntamiento, presidida por el alcalde de turno, quien cuenta con la distinción de «socio protector», se procede a la entrega de títulos a los nuevos investidos y a la apertura del curso en la que un cofrade ofrece su palabra disertando sobre tema elegido.
En la procesión del Corpus, la Cofradía fue desde su fundación en 1985 hasta 2008, la que, por ser la más moderna constituida, desfilaba detrás de los estandartes de las parroquias toledanas. Son numerosos y caminan solemnemente por la estrechez de las calles por las que discurre el cortejo procesional. Todo esto lo describe, en curioso libro, el autor Juan Estanislao López, quien además formó parte de la inicial directiva con el tradicional cargo de «Clavero».
En la procesión, en una ocasión, formó parte de la presidencia procesional de la Cofradía la entonces ministra de cultura Isabel Tocino. La reina doña Sofía, siendo víspera del acontecimiento procesional, vistió un año prestada esa indumentaria introduciéndose por la puerta de la Sala Capitular catedralicia. No así fue admitido en la corporación el trotamundos Vestringe, delfín en esas fechas de Manuel Fraga Iribarne. No merecía Vestringe tal ingreso, careciendo de mérito alguno para alcanzarlo, como él esperaba ansioso para acompañarle en su entrada en política.
Un año, la Cofradía marchó casi entera a la ciudad francesa de Narbona, teniendo lugar en ella la organización de gran acontecimiento engrosado por otras instituciones galas, adornados sus componentes con vistosos y coloreados atuendos. Al frente, en altura, bajo dosel, el infante español, don Alfonso, de igual nombre que su abuelo Alfonso XIII e hijo del mudo don Jaime, hizo un lucido discurso muy aplaudido. Este don Alfonso, por herencia familiar era reconocido por muchos como rey francés, lo que nunca llegó a ser por ser República la francesa.
Don Alfonso casó con una nieta de Francisco Franco y, lamentablemente, haciendo deporte esquiando se seccionó la yugular con un alambre no visto. Los jardines del monasterio toledano de San Juan de los Reyes, en el que ordinariamente hacían su recreo los frailes, han acogido, en ocasiones, la fiesta y buena merienda siguiente a la imposición de medallas a nuevos miembros ingresados.
Volviendo atrás, cabe decir que cofrades vecinos de Toledo se percataron de que otros, madrileños, quisieron llevarse a Madrid la sede de la institución, lo que impidió Fernando Aranda haciéndose elegir Prioste y logrando evitar así el traslado pretendido.