ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
«No descartamos nada»
Las desgracias nunca bienen solas. Y las emergencias tampoco. Una brutal explosión en una panadería sacudió el distrito IX de París, a pocos metros de la impresionante plaza de la Ópera. Milagrosamente –que Dios me perdone– la deflagración dejó solo tres personas fallecidas: una turista española y dos bomberos. Es el colmo de la mala suerte. Laura, toledana de 30 años, trabajadora de un súper, disfruta de un fin de semana de ensueño en París y de repente se le cae el mundo encima. En cuanto a los dos bomberos... ¡qué trabajo tan duro! saber que en cualquier instante se acaba todo y que te va en el sueldo. Todo indica que la catástrofe se debió a una fuga de gas, pero la situación general que se vive en Francia hizo que saltaran todas las alarmas. De hecho, todavía horas después de la explosión, el fiscal de París, Rémy Heitz, mantuvo que no se podía excluir ninguna hipótesis. «No descartamos nada».
Y es que Francia vive en alerta permanente. En pocas semanas, atentado en Estrasburgo, los chalecos amarillos inasequibles a todo y, lo que faltaba, un accidente. El despliegue de seguridad en el país es impresionante. Unidades de paracaidistas en Montmartre, boinas verdes en Notre Dame, miles de policías nacionales en los Campos Elíseos y bomberos, que hasta en EuroDisney ejercen como sanitarios.
Normal que no se descarte nada. Lo increíble es que estalle un edificio, que pudiera haber decenas de muertos, y que los chalecos amarillos –tan solidarios ellos– mantuvieran sus protestas y enfrentamientos a tan sólo tres kilómetros del lugar de la terrible explosión, los que separan el Arco del Triunfo de la plaza de la Ópera.
PD: Curioso paralelismo en las movilizaciones de este fin de semana. Se calcula que en toda Francia se movilizaron 85.000 chalecos amarillos. ¿Sabes cuál fue el despliegue policial? 80.000 agentes. Sin complejos. [INTERNACIONAL]