Ciudadanos e instituciones se vuelcan con la familia de Laura Sanz

El proceso para la repatriación de su cadáver desde París puede demorarse días

El fin de semana idílico terminó en una tragedia para la toledana Laura Sanz, vecina de Burguillos de 38 años que viajó a París en compañía de su marido. El azar quiso que el hostal en el que ambos se alojaban se encontrase en una zona muy cercana del lugar de la terrible explosión de una panadería en la capital francesa en la mañana del pasado sábado.

Madre de familia, Laura deja a su marido y a tres hijos, dos niños y una niña, de 9, 5 y 4 años. Burguillos ha decretado para hoy día de luto oficial en señal de «solidaridad y cariño» de la localidad hacia la familia, según explicó a Efe el alcalde del municipio, José Castro, quien dictaminó que las tres banderas del Ayuntamiento: la española, la de Castilla-La Mancha y la del pueblo de Burguillos, ondeen a media asta como señal de condolencia por el fallecimiento de Laura, un «trágico suceso que tiene conmocionado a todo el pueblo».

A pesar de que residía en Burguillos, localidad situada a unos 10 kilómetros de la capital de Castilla La-Mancha, Laura era natural de Toledo capital y trabajaba como cajera de un supermercado de la franquicia «La Despensa», en el barrio de Santa Bárbara, como informó ayer ABC. Allí era muy querida por los clientes por su carácter alegre y su simpatía y ha dejado un gran vacío y dolor entre sus compañeros de trabajo, que aún no se creen la noticia. En el mismo barrio se encuentra el centro de educación infantil y primaria en el que estudian sus tres hijos: el Colegio Público Ciudad de Aquisgrán.

Laura fue atleta durante algunos años en el Club Atletismo Toledo. El club manifestó ayer su pesar a través de sus cuentas en redes sociales, donde recordaban que era una atleta muy prometedora a inicios de los 90. Pero además no solo sus seres queridos y conocidos han mostrado sus condolencias; también el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page y la alcaldesa de Toledo, Milagros Tolón, y decenas de comentarios de ciudadanos y amigos han inundado las redes sociales, donde esta noticia ha caído como un jarro de agua fría.

Mientras, la Delegación del Gobierno en Castilla-La Mancha informó ayer de que la repatriación de los restos mortales de Laura Sanz está pendiente de la firma de un juez y «no hay fecha prevista para el traslado», aunque la Embajada intenta agilizar los trámites. El Ministerio de Asuntos Exteriores informó a la Delegación del Gobierno de que la Embajada española «está pendiente de los trámites para la repatriación de Laura, cuyo permiso está pendiente de la firma de un juez». No obstante, precisaron que la Embajada está poniendo todo de su parte para que la repatriación se lleve a cabo «a la mayor brevedad posible», pensando en la familia de Laura. Precisamente, Abel Sanz, uno de los hermanos de la víctima, declaró ayer a Efe que están a la espera de que les digan «algo» pues hasta el momento lo que le han dicho a su padre, que está desde ayer en París, es que el proceso «se puede demorar hasta diez días».

Para el hermano de Laura, esto supone una espera muy larga, por lo que ha dicho que «vamos a hablar con el cónsul porque eso es demasiado tiempo y es mucho trajín, muchas vueltas y mucho dolor para nosotros». Además se ha quejado de que sus padres están en el hospital donde falleció su hermana, «sin intérprete ni nada de nada».

Abel confesó que es un momento muy duro, que se quedan huérfanos de madre tres niños, «el mayor de ellos de 9 años y la pequeña de cuatro», y que el viaje a París «era una ilusión» de su hermana, «una sorpresa que le dio mi cuñado y mira por dónde ha salido la sorpresa», dijo visiblemente emocionado.

Laura fue en los años 90 una gran atleta; pertenecía al Club de Atletismo Toledo