ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
Medina Azahara, un proyecto abierto
El Gobierno y la Unesco reclaman que se siga investigando en el yacimiento
La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, y la directora general de la Unesco, la francesa Audrey Azoulay, defendieron ayer en Córdoba, en Medina Azahara, la necesidad de seguir investigando en la ciudad palatina y en el conjunto de los bienes patrimoniales si se quiere garantizar su futuro. Ambas coincidieron en ello durante su intervención en el Centro de Interpretación del yacimiento y en el contexto de la clausura de la jornada de trabajo titulada «Los retos del patrimonio».
La gestión del yacimiento pertenece a la Junta de Andalucía y dejará de ser gestionada por el PSOE en apenas unas horas tras tres décadas. El acto tuvo por ello un inevitable aroma melancólico, pues eran muchos los cargos o excargos socialistas que se encontraban allí.
Las jornadas también supusieron el regreso de Carmen Calvo a uno de los espacios a los que más horas y esfuerzos le dedicó en su etapa de consejera, hace ya tres lustros. Se la vio por ello entusiasta en un discurso en el que recordó «mi compromiso con este lugar» y en el que agradeció el esfuerzo de los trabajadores de Medina Azahara de hoy y de ayer, calificándolos como verdaderos protagonistas en lo que se refiere a la protección del patrimonio y de la Declaración de la Unesco. También se mostró orgullosa de que Córdoba «esté a la altura de ciudades como París, Berlín, Londres o Roma» en cuanto a distinciones de Patrimonio Mundial y tiró de repertorio más o menos consabido para hablar de Medina Azahara como punto de encuentro entre Oriente y Occidente. La vicepresidenta hiló un discurso con su sello inconfundible, más vibrante que concreto, en el que defendió la cultura como «pilar básico de la sociedad».
La misma idea también la había dicho minutos antes la directora de la Unesco, Audrey Azoulay, que pronunció un discurso en español con citas de Muñoz Molina en el arranque y de García Lorca en el cierre. La que fuese ministra de Cultura francesa con Fracois Hollande declaró como un «placer personal» poder visitar Córdoba y Medina Azahara e hizo un leve guiño a su propia biografía pues, aunque parisina, procede de una familia marroquí de religión judía de la ciudad portuaria de Mogador. Más allá de ello, defendió la necesidad de proteger el patrimonio, de investigarlo y de divulgar los conocimientos para que calen en la sociedad.