ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
Sin inventos, como Sara Montiel
Un día Miquel Iceta se puso a contar naciones en España y le salían ocho o nueve. Eran tantas que casi se queda sin dedos en las manos y eso que no se le ocurrió citar la nación española, que es la única que como tal recoge la Constitución que ayer prometió cumplir y hacer cumplir (buena suerte con los «indepes» catalanes) el nuevo ministro de Política Territorial. La vida política nunca defrauda y ofrece entretenidos espectáculos aritméticos y componendas imposibles entre quienes no fueron dotados por la providencia del gen de la coherencia y, por ello, no les importa hacer bicarbonato su propio discurso. Lo suyo es lo de los Groucho y la parte contratante de la primera parte. Iceta es el nuevo encargado de la cuestión territorial con el fin de que los separatistas se sientan aún más cómodos en el sanchismo. Para ello, afronta el nuevo ministro un centenar de nuevas cesiones (ya comprometidas por el dadivoso Sánchez) a Cataluña y el País Vasco. Llega Iceta al ministerio sin programa propio, decidido a seguir «un camino ya trazado, sin inventos ni improvisaciones». Sonó el nuevo ministro tan creíble como el «¿pero qué invento es esto?» de cuando Sara Montiel negaba su última boda según salía de casarse. El camino parece trazado y supone ir dando pasos hacia la España más bien desmembrada que exigen los socios. Sin inventos.
Sustituye Iceta a Carolina Darias, que a su vez sustituye a Illa, que a su vez y en otro rol, sustituye a Iceta. Y la primera en la frente: estaba prometiendo la ministra de Sanidad el cargo y se conocía que Fernández Vara cambiaba el protocolo para colar a sus altos cargos en la vacunación extremeña. Pero es imposible que Darias lo haga peor que Illa y Simón, esa calamidad tras el atril que aparece cada tarde en esa «cosa» indeterminada de ocho o nueve naciones que dibujó Iceta, donde aún está por ver que aparezca España.