ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
Joe Biden ignora a Pedro Sánchez en sus contactos con líderes extranjeros
El secretario de Estado de EE.UU. tampoco ha hablado con la ministra de Exteriores
El teléfono no suena en La Moncloa. Mañana se cumplen tres meses desde que Joe Biden fuera considerado ganador de las elecciones presidenciales de EE.UU. y todavía no se ha producido la habitual llamada telefónica entre el nuevo presidente y el jefe del Gobierno español, Pedro Sánchez. En ese periodo, Biden ha hablado con decenas de líderes extranjeros. En algunos casos, en dos ocasiones.
La cita con las urnas fue el 3 de no
Canadá, 9 de noviembre
Francia, 10 de noviembre Alemania, 10 de noviembre Irlanda, 10 de noviembre Reino Unido, 10 de noviembre Australia, 11 de noviembre Japón, 11 de noviembre
Corea del Sur, 11 de noviembre Vaticano, 12 de noviembre Italia, 13 de noviembre
Chile, 17 de noviembre India, 17 de noviembre
Israel, 17 de noviembre
Canadá, 22 de enero
México, 23 de enero Reino Unido, 23 de enero
Francia, 24 de enero Alemania, 25 de enero
Canadá, 26 de enero México, 26 de enero Japón, 26 de enero
Corea del Sur, 26 de enero Francia, 27 de enero Alemania, 27 de enero Reino Unido, 27 de enero Australia, 27 de enero Filipinas, 27 de enero Tailandia, 27 de enero viembre, pero los resultados no confirmaron como vencedor al candidato demócrata hasta el 7 de noviembre. Ese día, Sánchez felicitó al ganador y a su candidata a la vicepresidencia, Kamala Harris, en un escueto mensaje en Twitter. «Os deseamos suerte. Estamos preparados para cooperar con los EE.UU. y hacer frente juntos a los grandes retos globales».
El PSOE celebraba también la victoria de Biden. «¡Go, demócratas!». El líder de Podemos y vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, optaba por no felicitar a Biden. En su lugar, celebraba la derrota de Donald Trump. «Se confirma que Trump ha perdido las elecciones», escribía. «Es una buena noticia para el planeta, en la medida en que la ultraderecha global pierde su activo político más poderoso».
Israel, 27 de enero
Irak, 28 de enero Afganistán, 28 de enero Unión Europea, 28 de enero Italia, 28 de enero Jordania, 28 de enero Sudáfrica, 28 de enero India, 29 de enero
Nueva Zelanda, 29 de
Israel, 17 de noviembre
Sudáfrica, 17 de noviembre Nueva Zelanda, 22 de noviembre
UE, 23 de noviembre
UE, 23 de noviembre
Jordania, 23 de noviembre
OTAN, 23 de noviembre
Argentina, 30 de noviembre Costa Rica, 30 de noviembre Kenya, 30 de noviembre
ONU, 30 de noviembre
México, 19 de diciembre
OTAN, 26 de enero Rusia, 26 de enero Japón, 27 de enero Corea del Sur, 3 de febrero
Australia, 3 de febrero
Como es tradicional, Biden no tardó en comenzar a celebrar llamadas con socios estratégicos. El 9 de noviembre, habló con Justin Trudeau (Canadá). Al día siguiente, con los mandatarios de Francia, Alemania, Reino Unido e Irlanda. El Gobierno de Sánchez no entró en el primer grupo de llamadas del nuevo líder de la primera potencia mundial. No era de esperar que eso ocurriera. Quizá tampoco que Biden hablara con Sánchez antes de hacerlo con los mandatarios de Australia, Japón o Corea del Sur (las tres conversaciones el 11 de noviembre).
Pero el teléfono seguía sin sonar el 13 de noviembre, cuando Biden conversó con el primer ministro de Italia, un país equiparable a España. En noviembre, se constató que líderes de otros países con menos peso que España conseguían esa primera toma de contacto, un aldabonazo para las relaciones entre ambos gobiernos. Hablaron con Biden los líderes de Nueva Zelanda, Chile, Sudáfrica, Jordania, Kenia, Argentina o Costa Rica.
Fuentes diplomáticas españolas aseguraron a ABC en diciembre que las gestiones de la llamada estaban en curso. Pero el contacto no se materializó. Obama habló con Rodríguez Zapatero el 7 de noviembre de 2008, tres días después de aquella cita electoral. Y en 2016, Trump habló con Rajoy poco más de un mes después de la victoria.
El contacto con Sánchez tampoco se produjo en la ronda de llamadas posterior a la investidura de Biden. Desde el 20 de enero, ha hablado con los mandatarios de Canadá, México, Reino Unido, Francia, Alemania, Ru
apremiantes en las relaciones. Por eso extraña aún más la falta de contactos con el demócrata Biden.
Otro asunto que ha sorprendido a la diplomacia española en este último año ha sido el pulso lanzado por Marruecos y Argelia –que compiten entre sí– para reclamar aguas territoriales próximas a Canarias y Baleares con el objetivo de ampliar sus zonas de demarcación oceánica. Estos dos países han detectado la debilidad española, también producto de un Gobierno bicolor que tiene a Podemos como un factor distorsionador para Marruecos, por ejemplo.
Sánchez, sin ir a Rabat
La cuestión saharaui y la histórica reivindicación de la autodeterminación de este pueblo, defendida por Pablo Iglesias, es una línea roja que Rabat nunca dejará pasar. Un gesto de esa pérdida de peso frente al vecino marroquí ha sido también la cancelación, a última hora, del viaje que iba a realizar el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a Marruecos. Estaba previsto para el 17 de diciembre pero el reconocimiento estadounidense del Sahara Occidental como territorio marroquí obligó a su cancelación. Se informó de que se retomaría en febrero de 2021, aún está por ver si se podrá realizar.
El factor Iglesias, y su excesivo papel político en el viaje a Bolivia, también es otro síntoma. Sobre todo porque puede marcar erróneamente posición diplomática española con el estigma de estar alineado con la izquierda latinoamericana.
Por último, España se enfrenta en este semestre ante la negociación de los flecos del acuerdo del Brexit en lo que respecta a Gibraltar. El acuerdo del Brexit dejó un sinsabor: España no renuncia a la soberanía pero entiende que no es momento de priorizarla y, según algunas opiniones, se tiene la sensación de que se ha podido perder una oportunidad histórica para modificar ese estatus hacia una cosoberanía.