ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
Juan Ruiz Pardo
Uno de los más grandes especialistas españoles en intervenciones en pintura mural
Amuy poca distancia del fallecimiento de su gran amiga Carmen Garrido, creadora del gabinete técnico del Museo del Prado y reconocida especialista en nuestra pintura, ha fallecido el restaurador Juan Ruiz Pardo, muy posiblemente el mayor especialista español en intervenciones en pintura mural. Juan entró muy joven a colaborar con el recién abierto Instituto de Restauración de Madrid, entonces en el Casón del Buen Retiro. En un primer momento se especializó en la rama de Arqueología, que era la carrera universitaria que él estaba terminando. Demostró desde el principio notables dotes pedagógicas, de manera que pasó casi sin sentir de discípulo a profesor muy apreciado. Aparte de ello, tenía unas notables facultades artísticas y fue un excelente pintor y gran dibujante.
Pero el gran cambio de su vida profesional se produjo cuando fue becado dos años en el Restauro de Roma para estudiar las técnicas de la restauración mural. Allí conoció a las grandes figuras de la especialidad y regresó a España convertido en un gran especialista en la materia. Desde entonces intervino en casi todos los proyectos importantes de intervenciones, como las pinturas singulares románicas del panteón real de San Isidoro de León, las preciosas pinturas madrileñas de San Antonio de los Alemanes y otras muchas que fueron, en mi opinión, un preámbulo de su gran e indiscutible obra, la restauración de todas las pinturas murales de Goya en San Antonio de la Florida.
Se reconoce que fue una suerte acometer esta gran obra teniendo aquí un restaurador tan importante, sensible y capaz como Juan Ruiz. La ermita de San Antonio está bajo la tutela de la Academia de San Fernando, el Patrimonio Nacional, el Ayuntamiento de Madrid y el Instituto del Patrimonio del Ministerio de Cultura. La intervención de Juan Ruiz tuvo dos fases. La primera, todas las pinturas de la altura de las ventanas y el ábside de su altar mayor, donde Juan Ruiz supo recuperar su gran luminosidad y unas calidades casi abstractas de color de Goya.
Pero esto fue, por decirlo así, el preámbulo para la restauración total de las pinturas de la cúpula, una obras maestra indiscutible del arte universal. Además, la intervención se llevó a cabo sin el cierre absoluto a la visita del público durante los fines de semana, gracias a un andamio móvil que se bajaba en esas fechas, lo cual también permitía contemplar con la debida distancia cómo iba avanzando la limpieza. Todo ello se hizo con la aquiescencia de Juan Ruiz como director de un equipo de restauradores que él seleccionó individualmente y que realizó un trabajo modélico, a la altura del singular bien cultural en el que intervenían. Le echaremos de menos porque personalidades así no son fácilmente reemplazables.