ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
Lo que sembrasteis
El grave error de justificar los altercados es que siempre te acaban tocando. A las vergonzosas universidades catalanas, vergonzosas en general y de una vergüenza muy profunda, les está cayendo encima la podredumbre que llevan tanto tiempo enseñando. Hoy es un errante cabrero de Lérida, hace años fueron los okupas. Cosacos al trote, metáfora de la basura impartida. Aquí tienen de vuelta la porquería que por debilidad mental, complejo de inferioridad y cobardía han difundido, en lugar de mantenerse firmes en la defensa de la libertad y la inteligencia. Las universidades catalanas llevan años siendo las pancartas panfletarias con que ahora las atacan. A la alcaldesa Colau, y a los políticos independentistas, les pasará exactamente lo mismo. Su colaboracionismo con los delincuentes, con los de los cristales rotos en la noche, se les volverá en contra, y de hecho ya ha empezado a asolarles el viento de la Historia. El independentismo es la derrota política más abrumadora que se recuerda desde la Segunda Guerra Mundial. Nunca tan pocos fueron tan estúpidos. Nunca un pueblo se perjudicó más que el palestino, hasta que llegaron nuestros independentistas. Nunca una comunidad se hizo tanto daño a sí misma como la catalana, hiriéndose mucho más que el más fiero de sus enemigos. La enseñanza en Cataluña es un abuso de pasividad de cuarto oscuro y relativismo de creer por creer en algo. La violencia que las universidades catalanas reciben es minuciosamente la que sembraron. Las pancartas que os asustan son el cerebro que habéis triturado de tantos y tantos estudiantes. Yo nunca justificaré ningún ataque. Ni siquiera el que afecta a los que jalearon a los violentos para hacernos quedar como unos idiotas a las personas formales. Pero cuando luego pasa lo que pasa, ni es mala suerte, ni sois inocentes.