ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
«Los políticos no pueden poner cortapisas al arte de torear ni a ningún arte»
Entrevista Jaime Ostos Torero Conocido como Jaime ‘Corazón de León’, sopla hoy las velas de su 90 cumpleaños después de superar su ‘cornada’ más grave
Jaime Ostos cumple hoy 90 años. Acaba de superar una grave enfermedad. «Gracias a Dios, ya estoy muy bien, pero me llegué a quedar en 45 kilos. Ahora puedo pasear por el jardín. Ha sido el toro más duro de mi vida», dice. —Contradice el tópico de ‘más cornás da el hambre’.
—En mi pueblo me llamaban ‘el torero señorito’ porque era de familia acomodada. Yo acabé el bachillerato y dije que quería ser torero.
—¿De dónde le vino esa afición?
—La primera vez que acudí a los toros, en Écija, mi pueblo, vi que tiene mucho mérito jugarse la vida para hacer felices a los demás. No quería ser uno más. Siempre me ha gustado el arte: el toreo me ha permitido dejar algo a los demás. —Su carrera fue muy rápida. —Enseguida triunfé en Barcelona y en Sevilla. Mis paisanos iban a verme en carreta, en bicicleta...
—En 1956 tomó la alternativa en Zaragoza. Cuenta Jean Cau lo que decía a los otros matadores, antes del paseíllo: «Si hay alguien que quiera seguirme, le advierto que aquí estoy yo. ¡Hoy voy a cortar orejas!»
—Jamás me he peleado con nadie: solamente con el toro. Eso sí, he toreado siempre de acuerdo con mi carácter, mi amor propio.
—Vivió de cerca la rivalidad de Luis Miguel y Antonio Ordóñez.
—Eran muy diferentes. Luis Miguel era más poderoso, muy humano; tenía gran presencia y personalidad. Ordóñez era más artista pero, si un toro no le gustaba, no sabía disimularlo.
—También trató a Hemingway. —Hablé mucho con él. Me dijo que se hubiera sentido un hombre completo si hubiera salido a hombros por la Puerta del Príncipe. Otra vez, en Pamplona, me contó que iba a correr el encierro y acabó yéndose a beber una botella de vino... Sentía debilidad por Ordóñez. —Llevaba una formidable cuadrilla. —Presumo de haber llevado la mejor cuadrilla de la historia del toreo, unos fenómenos. Cuando, en el grupo especial de matadores, se les pagaba 7.500 pesetas, yo les daba 10.000.
—Sufrió una gravísima cornada en Tarazona de Aragón, el 17 de julio de 1963. Tituló ABC: «El diestro perdió más de cinco litros de sangre. Antes de ser operado, a vida o muerte, recibió los últimos sacramentos».
—No se puede luchar contra el destino. Habíamos toreado en Barcelona y don Pedro Balañá me dijo: «¿Estás libre el sábado?» Le dije que sí y nos fuimos a Tarazona. Él nunca firmaba un contrato. Miraba los tendidos y, según el público que hubiera, te pagaba. Esa tarde, se acabó el papel: en una plaza de 5.000 personas, cobré 350.000 pesetas. —¿Por qué le cogió el toro?
—Al citar al natural, el fuerte viento me levantó la muleta, me dejó al descubierto. El toro me metió el cuerno por debajo. Fue una cornada en seco, en el bajo vientre.
—Ángel Peralta intentó detener la salida de la sangre con una sábana. Doscientas personas hicieron cola delante de la enfermería para donar sangre. Leo: «Su tensión llegó a ser de 1’8». —Yo oía a través de la puerta de mi habitación la conversación de los médicos, que no me daban esperanzas de vida... Cuando empecé a mejorar, tenía un noventa por ciento de posibilidades de perder la pierna. Fue muy fuerte. —¿Qué es lo que más recuerda de ese percance?
—Tanta gente ofreciéndome su sangre, tanto cariño. Cuando fui a Zaragoza a dar las gracias a la Virgen, se formó una verdadera manifestación.
—Luis Marquina, el hijo de don Eduardo, el poeta, filmó un documental sobre ese drama, ‘ Valiente’, con una estructura parecida a la de ‘Ciudadano Kane’.
—La película refleja fielmente la realidad. Yo tenía ya muchas cornadas: todas se habían curado en un período de treinta días; ésta duró un año largo. En la primera corrida que toreé, después del percance, me fui al mismo sitio de la plaza y realicé la mismama suerte. —Casi siempre mataba bien. —En mi tiempo, Rafael l Ortega y yo hemos sido o los mejores, en eso. Algu- nos mataban bien algu- nos toros: Paco Camino, , José Fuentes. Lo difícil es s la continuidad. Yo solía a matar al encuentro y era muy seguro en el volapié: con la mirada fija en el morrillo, vaciando la embestida con la mano izquierda. Una tarde, en Madrid, pinché cinco veces y me seguían aplaudiendo... —Cuenta Jean Cau una tarde en que desafió al toro, a cuerpo limpio. José Ignacio Sánchez Mejías, su apoderado, prometió que, si no sufría la cornada, él no comería huevos fritos en seis meses. —Fue en Francia. Yo nunca me había puesto de rodillas delante de un toro, eso lo dejaba para la iglesia, pero un espectador se metió conmigo: llevé al toro delante de él; de rodillas, me hinché a darle muletazos...
—¿Qué le parece que no haya toros en Cataluña?
—No puedo comprenderlo. Barcelona fue decisiva en mi carrera y en la de tantos diestros: la gente llenaba la plaza, era una afición magnífica.
—¿Qué cambiaría, si pudiera, en las corridas de toros actuales?
—Dos cosas: el toro tiene que comer de verdad, no piensos compuestos, y no debe superar los cuatro años, cuando alcanza su potencia máxima.
—¿Qué cambiaría en la España actual? —Nunca he perpertenecido a ningún partidotido político, no he distinguido a la gentete por su dinero: lo mismom me da si calzan alpargatasga o zapatos de charol. NoN soy de derechas ni de izquierdas,iz sino de la gente,te pero hay cosas que no puedopu entender: los políticos no pueden poner cortapisas al arte de torear ni a ningún arte. Veo a algunos que hablan de lo mal que estaba esto sin conocer de verdad nuestra historia. Me siento español; en todas las plazas americanas he visto la bandera española. Y ahora mismo ya no quedan comunistas ni en Rusia... —Pero sí en el Gobierno de España... Desde sus noventa años, ¿le ha valido la pena ser torero?
—¡Sin duda! He sufrido 25 cornadas, dos veces me han dado la extremaunción, pero ser torero me hizo persona, me ha permitido ayudar a los demás y que la gente me recuerde con respeto. —Leo a Cañabate: «El valor de Jaime Ostos es de oro de ley». ¿Le gustaba que le llamaran ‘Corazón de León’? —Un torero ha de tener un corazón muy grande. Al principio, no entendí ese nombre pero me lo explicaron: «Es un hombre honrado y luchador». Eso ha sido siempre mi vida: una lucha honrada.
Percances «He sufrido 25 cornadas y dos veces me
han dado la extremaunción»
Lucha «Nunca me he peleado con nadie: solamente con el toro. Eso sí, he toreado con mi carácter»
Cabeza arriba, señal discreta con los dedos índice y medio de su mano izquierda y golpeo de sesenta metros hacia la carrera al espacio de Vinicius. El primero de los tres goles del Real Madrid al Liverpool fue una obra de arte salida de la privilegiada mente de Toni Kroos, el mejor futbolista de la temporada blanca. Su exhibición ante los ingleses, una más, volvió a provocar el elogio unánime de la crítica, rendida ante un jugador al que hace dos años se le daba por acabado. Por suerte para el club merengue, se equivocaron.
El germano tiene una cabeza bastante bien amueblada. En el vestuario se le considera el futbolista más inteligente dentro y fuera del campo. Bien nutrido de neuronas y todas ellas bien colocadas, lo que le hace ir con varios pasos de ventaja en un club de la magnitud del Real Madrid. Inteligencia de 360 grados a la que acompaña el pragmatismo de su día a día, tanto laboral como personal.
Kroos no solo no se complica la vida, sino que intenta que sea lo más mundana posible. Un ser humano muy práctico que busca una solución para todo y que no necesita del reconocimiento mediático y pegajoso para demostrar sus dotes de líder: «Es el señor Lobo del Real Madrid», explican desde Valdebebas. El señor Lobo es uno de los personajes más peculiares de ‘Pulp Fiction’, la premiada película de Quentin Tarantino, y su personalidad es gemela a la del mediocentro alemán.
Adora la táctica
Kroos suma la séptima temporada en el Real Madrid y, seguramente, su carrera no se extenderá mucho más de 2023, cuando su pasaporte marque 33 años. No tiene la intención de alargar su carrera hasta los 35-40, como él mismo ha confesado en varias ocasiones, ni tampoco le hace tilín dar el paso hacia los banquillos. A Kroos le encanta el fútbol, pero no es el núcleo de su existencia. Lo que más le seduce es buscar soluciones a los problema tácticos y ahí encuentra en Sergio Ramos su interlocutor favorito. Con el camero coordina los movimientos y equilibrios entre el centro del campo y la defensa, a juicio de ambos la estructura donde debe cimentarse el juego del equipo: «Es una delicia escucharles
NBA, amigo personal de Roger Federer y Robbie Williams, no pierde un segundo en estupideces. De hecho, no pierde ni un solo segundo en nada que no tenga que ver con hacer lo correcto y, sobre todo, lo útil. Por eso desprecia, por encima de todo, la pérdida de tiempo. Para él es valiosísimo porque siempre tiene cosas que hacer.
Renombrado
Botas clásicas Kroos odia las modernidades y sigue jugando con las botas de siempre, húmedas por gusto personal
«Toño», «Antoñito», «Don Antonio»... en el vestuario le llaman de todo y él «se parte de la risa». Tiene las ideas tan claras que reniega de cualquier modernidad que perturbe sus viejas costumbres a la hora de practicar su oficio. Adidas, la marca que patrocina al alemán, le ha ofrecido en multitud de ocasiones probar los nuevos modelos de botas que cada cierto tiempo van sacando al mercado. Su respuesta es como un disco rallado: « Que me hagan diez pares de los míos de toda la vida y punto. De los sencillos, de cuero y sin estridencias». En la popular marca alemana le insisten que las botas con las que él quiere jugar ya no se fabrican, pero nadie ha conseguido convencerle. No quiere modernidades ni diseños que no le aporten bienestar y, visto lo visto, no le va mal.
Su fútbol no solo no ha ido cuesta abajo, sino que a sus 31 años está en el mejor momento de su carrera. Las botas en remojo para que estén húmedas antes de cada entrenamiento y cada partido es otra de sus manías con sus armas de juego. Lo hace desde que era un crío y así será hasta el último de sus minutos como futbolista profesional. Es Toni Kroos, el señor Lobo del Real Madrid.