ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
La guerra por la sentencia del ‘procés’ enrarece el TC y aboca a renovarlo
Un juez dimitió meses atras, otros dos se han abstenido por pugnas intestinas y el mandato de tres más vence en julio
La atmósfera interna del Tribunal se ha viciado en los dos últimos meses y PSOE y PP asumen que deben pactar
mandato –y un cuarto, Valdés, ya no está–, la inestabilidad interna terminará abocando en breve a PSOE y a PP a adoptar una decisión definitiva ante la percepción de que este Tribunal no puede quedar cojo por más tiempo. Que esa decisión quede vinculada asimismo a la renovación del CGPJ, dependerá de esos dos partidos. Pero parece lógico que sea así ya que en la anterior negociación los relevos de ambas instituciones se negociaron en paralelo.
El 4-M será determinante
Ningún cálculo en el seno de esos dos órganos constitucionales pasa por que el PSOE y el PP retomen los contactos hasta pasadas las elecciones de Madrid del 4 de mayo. Sin embargo, tanto en el TC como en el CGPJ asumen que la controversia política no puede agravarse mucho más tiempo, y que la renovación de sus magistrados antes de verano será ya una prioridad para evitar más deterioro en el funcionamiento de la propia institución, de su prestigio y de su imagen.
De hecho, lo ocurrido con Narváez y Conde-Pumpido, más a causa de una pugna fratricida entre la izquierda y la derecha judicial que de la amenaza del separatismo con viciarlo todo aún más con múltiples recusaciones, será el factor que a priori acelere el proceso de relevos.
El escollo no es solo Prada
Incluso, fuentes conocedoras de la anterior negociación fallida entre el PSOE y el PP inciden en que el principal escollo no era la designación del magistrado José Ricardo de Prada como vocal del CGPJ a propuesta de PSOE y Podemos (esa fue la excusa oficial para romper el diálogo). El escollo era el rechazo de la izquierda judicial, y del propio Conde-Pumpido, a un abogado de prestigio propuesto por el PP, ya que también ese jurista ha sido muy combativo en público con el independentismo. Esa es otra parte de la letra pequeña de una ruptura entre PSOE y PP que ha terminado por intoxicar el clima de convivencia en el TC.
Ofensiva judicial ante la UE
De momento, todo es incertidumbre. Primero, por la desconfianza mutua entre ambos partidos. Segundo, porque acuerdos anteriores que ya estaban objetivamente cerrados fueron dinamitados a última hora de modo imprevisible. Tercero, porque los resultados electorales de Madrid pueden condicionar el desarrollo de la legislatura de Pedro Sánchez, y por tanto cualquier renovación puede volver a quedar tácticamente en el aire. Y cuarto, porque la ofensiva de 2.500 jueces reclamando amparo ante la Comisión Europea contra la reforma impulsada por el PSOE para maniatar al CGPJ, e impedirle hacer nombramientos, corre el riesgo de enrarecer aún más cualquier disposición al consenso. A día de hoy, hay coincidencia entre los magistrados del TC: la metástasis amenaza con convertirse en endémica si no se reactivan los contactos políticos de modo inminente.