ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
Teología de consumo
ABC Y SUS LECTORES
A través de una reveladora Tercera, el obispo auxiliar de Madrid, Juan Antonio Martínez Camino, puso ayer los puntos sobre las íes en el debate abierto sobre la controvertida y cuanto menos heterodoxa obra teológica del malogrado Hans Küng, a la que muchos columnistas han dedicado sus reflexiones en los últimos días. GONZALO LOBO escribe sobre este particular para felicitar a Luis Ventoso por su artículo del pasado lunes, ‘El catolicismo tuneado’. «El señor Ventoso ha sido el único, incluido González de Cardedal, que ha expresado el pensamiento más significativo de Küng: no creía que realmente Jesucristo fuese Dios, sino un destacadísimo profeta. Gracias por ofrecer a los lectores la información más relevante sobre el teólogo Küng, y no hacer filigranas ni exaltar opiniones de poca monta que distraen y desorientan al lector». to de numerosas cartas. «Una vez más –señala PRISCILIANO CASTILLO– Carrascal ha dado un curso de auténtica historia, vivida a sus noventa años, tanto dentro de España como con la perspectiva que da el vivirla desde fuera. Su Tercera deberían conocerla todos los que pretenden reescribir la historia». «Muchas gracias –apunta LUIS FORERO– por su Tercera. Con la humildad que le caracteriza, nos da una sencilla y clara lección de las bases sobre las que se han cimentado nuestros últimos noventa años. En particular, me impresiona su expresión ‘España, huerta de Europa’... Usted la emplea con mesura y me despoja del desasosiego que me producía recordar la misión que encomendaría Hitler a España en una Europa depauperada de haber ganado la guerra». Por último, MANUEL SANCHO considera que «todo el mundo tendría que hablar y escribir en positivo sobre un país maravilloso, con la claridad de ideas de nuestro admirado José María».
España al exterior, y también a su propia sociedad, a través de los medios de comunicación es la cuestión que hilvana la carta que firma AMAIA JAUREGUIZAR. «Las fiestas que inundan los noticiarios televisivos y las declaraciones que realizan jóvenes extranjeros, muchas de ellas a gritos y sin mascarilla, nos traen fantasmas de un pasado en el que España era conocida por los toros, la paella y la siesta. Parece que quedan atrás –sigue la reflexión de nuestra lectora– los esfuerzos realizados a lo largo de los últimos años para dejar a un lado el turismo de borrachera e intentar poner en valor el turismo cultural. Por ese motivo, me parece muy importante resaltar publicaciones como la que se realizó en su diario el pasado 4 de abril, detallando los éxitos de la ingeniería española en la industria aeroespacial, unos éxitos que suponen la nada desdeñable cifra de 1.700 millones de euros al año, y estamos solo empezando. Sin duda, todos los éxitos alcanzados hasta el momento servirán de base para otros muchos futuros y, sobre todo, para no perder la esperanza en que nuestro país sea reconocido en el extranjero por algo más que por ser un estupendo destino para saltarse las normas».