ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
La soledad de Isabel II, en la triste despedida de su marido Felipe de Edimburgo
MADRID
las 15.45, hora española y con puntualidad británica, el ataúd del Duque de Edimburgo, fallecido el pasado 9 de abril a los 99 años, salía del Castillo de Windsor a hombros del Jefe del Estado Mayor de Defensa, General
ASir Nicholas Carter, junto con los jefes del Ejército, las Fuerzas Aéreas la Marina británica. Cubierto con el estandarte personal del Duque de Edimburgo, la espada, la gorra de la Marina y una corona de flores que seleccionó la Reina, el ataúd fue llevado en la parte trasera de un Land Rover verde militar que el propio Príncipe Felipe había ayudado a diseñar durante 16 años.
yTras un minuto de silencio la procesión, con los restos mortales, emprendió la marcha hasta la capilla de San Jorge. El Príncipe Carlos, heredero del trono británico y los otros tres hijos del Príncipe Felipe, – Ana, Andrés y Eduardo-, encabezaron la comitiva que caminaba tras el féretro. Sus nietos, el Príncipe Guillermo y su hermano Harry han hecho el trayecto, de ocho minutos, separados por su primo Peter Phillips, hijo de la Princesa Ana. Toda la Familia Real vistió de civil para evitar distinciones entre los Príncipes Andrés y Harry, que han perdido sus condecoraciones militares al ser retirados de sus tareas reales.
La Reina Isabel II siguió la comitiva fúnebre en un Bentley oficial junto a su dama de honor, Lady Susan Hussey, viuda del expresidente de la