ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
El choque diplomático de Moscú con Praga se amplía a Sofía
Horas después de haber deportado a veinte diplomáticos checos, el Ministerio de Exteriores ruso convocó ayer al embajador búlgaro en Moscú, Atanas Kristin, para comunicarle que dos de sus diplomáticos han sido declarados «persona non grata» y deberán abandonar Rusia. Se trata del primer secretario de la sección consular, Nikolái Panaiótov, y del primer secretario de la sección comercial y económica de la Legación diplomática búlgara en la capital rusa. Es la forma con la que las autoridades rusas han respondido a la expulsión de dos empleados de la Embajada rusa en Sofía el mes pasado.
En marzo, la Fiscalía General de Sofía informó de que un grupo de seis personas reclutadas por la inteligencia rusa, incluidos empleados actuales y anteriores del Ministerio de Defensa búlgaro, fueron sorprendidos espiando en favor de Rusia. Los agentes estaban dirigidos por un ex oficial de alto rango de los servicios secretos búlgaros.
La Justicia búlgara inició diligencias y, el pasado 22 de marzo, se decidió expulsar a los dos diplomáticos rusos. Se alegó que, durante la investigación, «se estableció que dos ciudadanos de la Federación Rusa realizaron actividades de inteligencia no reglamentadas e incompatibles en el marco de las relaciones entre los dos países». Pero Rusia niega la existencia de tal red de espionaje. Su Embajada en Bulgaria sostiene que ciertas fuerzas no cesan en sus «intentos de romper el diálogo ruso-búlgaro y demonizar de nuevo a Rusia».