ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
Las autoridades belgas piden el desalojo de Lieja
Al menos ocho personas murieron en Bélgica a causa de las extraordinarias inundaciones, que afectaron especialmente a la provincia de Lieja por los desbordamientos de los afluentes del río Mosa. Las autoridades pidieron a los que viven al borde de este río que evacuaran sus casas.
Las comunas de Chaudfontaine y Verviers pagaron un precio muy alto. Fue en esta última localidad donde se produjeron las víctimas mortales. El Ejército tuvo que intervenir en el rescate de personas que quedaron atrapadas.
Al menos 135.000 viviendas han pasado la noche sin agua ni electricidad, a la espera de que se liberen los accesos y los equipos de reparación puedan acceder a la zona. La crecida sigue ascendiendo, además, y ayer se contaba con que los distritos de Bliesheim y Blessem quedasen también inundados. También corría peligro la cuenca de retención en Niederberg y el río Rotbach podría también desbordarse, lo que afecta a tres aldeas más que igualmente fueron evacuadas. Los ciudadanos tenían anoche orden de apagar los aparatos eléctricos, salir de sus hogares e ir a un lugar seguro. Los servicios de emergencia se ocupaban solamente de las personas con problemas de movilidad y los voluntarios se centraban en la construcción de diques y el bombeo de agua.
Una catástrofe natural
La canciller, Angela Merkel, de visita oficial en Washington, envió un mensaje de «consternación». El vicecanciller y ministro de Finanzas, Olaf Scholz, junto al ministro de Interior, Horst Seehofer, visitaron la zona declarada de catástrofe natural e informaron personalmente a Merkel. «Hemos hablado de ayudas a la reconstrucción a largo plazo, aunque lógicamente el objetivo prioritario ahora es prestar ayuda inmediata a los afectados», resumió ella desde Estados Unidos. Se trata de las inundaciones más devastadoras en lo que va de siglo, peores incluso que las que sufrió el este del país en 2002.