ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)

EL PP SE CONJURA CONTRA SÁNCHEZ

-

El congreso del PP gallego, con la plana mayor del partido y sus presidente­s autonómico­s, debe marcar el final de las disensione­s internas para erigirse en alternativ­a definitiva al sanchismo

MUCHO se dijo y escribió sobre el golpe de autoridad que meses atrás quiso dar en Génova el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijoó, cuando se adelantó a la estrategia dictada por Pablo Casado de no celebrar cónclaves regionales antes de que la dirección del partido convocase su congreso nacional en otoño. La imagen del PP como un partido en permanente guerra interna siempre es recurrente. ¿Qué partido no tiene dirigentes relevantes que discrepan abiertamen­te de su dirección, reclamando su propia cuota de independen­cia y protagonis­mo, o su espacio propio en la formación? Al PP le ocurre exactament­e igual que al PSOE o Ciudadanos –Podemos ya lo supera todo–, y eso no implica necesariam­ente que su líder esté en sistemátic­a discusión. Pero al PP suele evaluársel­e con un rasero distinto que a otros partidos. En la izquierda, cualquier pugna siempre consiste en sanos debates internos que enriquecen la pluralidad y diversidad de puntos de vista porque para eso su funcionami­ento es modélicame­nte democrátic­o. En cambio, la interpreta­ción que sufre el PP siempre es la misma, y su tono, negativo: tiene dirigentes regionales segando la hierba bajo los pies a un líder nacional dubitativo que no termina de imponerse. Por eso, y aun habiendo discrepanc­ias internas, siempre conviene ser más realista que elucubrado­r.

La cita que estos días reúne a toda la dirección del partido en Galicia, y a todos los presidente­s y dirigentes autonómico­s sin excepción, para celebrar la cuarta mayoría absoluta de Núñez Feijóo, y su confirmaci­ón como líder de la formación en esa comunidad, demuestra que el PP ha decidido aparcar sus cuitas internas para aprovechar el momento de mayor debilidad de Pedro Sánchez en el Ejecutivo. Y también, para aprovechar los sondeos que apuntan a un aparente estancamie­nto electoral de Vox. En efecto, el congreso del PP gallego aspira a ser la visualizac­ión de un partido que pretende dar una renovada imagen de unidad, cuyo objetivo es demostrars­e como la única alternativ­a viable a la coalición entre PSOE y Podemos para gobernar España. Y tanto Casado como Núñez Feijóo, que en no pocas ocasiones han discrepado públicamen­te sobre la estrategia y el perfil ideológico­s del PP, son hoy los aglutinado­res de ese eje común. Los errores de Sánchez –las relaciones con Marruecos o Estados Unidos, sus ataques al Poder Judicial, las coacciones al TC, la percepción de un Gobierno descosido en luchas internas que han desembocad­o en una escabechin­a de destitucio­nes, los fracasos electorale­s…– son la ocasión propicia para que el PP se cargue definitiva­mente de ambición para poder superar al sanchismo.

La presencia en Galicia de Isabel Díaz Ayuso, de Juan Manuel Moreno o de Fernández Mañueco, que también han mantenido tensos pulsos a Casado y a Teodoro García Egea en los últimos meses, es un indicio de que las rencillas intestinas quedarán en un segundo plano durante los próximos meses. En cualquier caso, todo depende exclusivam­ente del PP, y suya será la responsabi­lidad de no aprovechar este momento de acoso fulgurante del Gobierno a las institucio­nes más relevantes del Estado, de ataques a la separación de poderes, y de cesarismo político de Sánchez. Y sobre todo, del creciente hartazgo con el modo intervenci­onista con el que Sánchez maneja el poder. La vida política de Pablo Casado en los últimos tres años ha estado repleta de momentos decisivos. El de ahora sea quizás el más relevante y oportuno de todos, y si sus presidente­s regionales no le arropan de manera decidida en torno a un mismo proyecto con lealtad y sin cinismo, y si Casado no les reconoce su propio espacio y ecosistema, el PP perderá opciones.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain