ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
El equipo de Biden culpa a Trump de su inacción en la crisis de Cuba
Un alto funcionario de EE.UU. revela a ABC las deliberaciones internas sobre un posible cambio en el embargo La Casa Blanca se disponía a facilitar las remesas, pero las protestas y la represión han cambiado el cálculo
Desde que llegó a la Casa Blanca, el equipo de Joe Biden lleva estudiando si finalmente da un giro a la política de Estados Unidos hacia Cuba, algo que el propio presidente se comprometió a hacer en campaña electoral. La principal misión de Biden a corto plazo era volver a permitir las remesas de dinero de los familiares de cubanos afincados en EE.UU., después de que las prohibiera Donald Trump. Pero como en otros países en el continente americano, una crisis en toda regla le ha estallado a Biden antes de que su equipo pudiera formular una política coherente y sólida para este mandato.
Ahora, fuentes de la Casa Blanca aseguran a ABC que las decisiones de Trump, sobre todo la de incluir a Cuba en la lista de promotores del terrorismo, han supuesto un obstáculo insalvable para poder abrir un nuevo capítulo en las relaciones entre Washington y La Habana. En este momento, en esta campaña represiva cubana, lo máximo que se plantea Biden a corto plazo es un plan para asegurarse de que la dictadura no corta internet a sus ciudadanos, algo que ha hecho para impedir las protestas.
Según dijo el jueves a ABC un alto funcionario de la Casa Blanca, que pidió anonimato para poder hablar de los siguientes pasos en esta crisis, «las políticas implementadas por la administración anterior, como la de añadir a Cuba a la lista de estados promotores del terrorismo, es algo que implica unas restricciones legales sobre algunas de las opciones políticas que podemos considerar. Si Cuba permanece en esa lista es algo que la comunidad de inteligencia y el Departamento de Estado, con sus asesores legales, deben decidir. Aquí, la Casa Blanca no puede dar una instrucción al Departamento de Estado».
Las decisiones de Trump
En sus últimos días en la presidencia, Trump decidió, sorpresivamente, devolver a Cuba a la lista de países que promueven el terrorismo. La inclusión en la lista tiene efectos prácticos muy graves: significa que la isla no puede acceder a ayudas económicas de EE.UU. y que este se opondrá a préstamos y líneas de crédito en instituciones financieras en que tiene voto como el FMI o el Banco Mundial.
Trump desandó gran parte del camino iniciado por Barack Obama en el deshielo con Cuba, y aprobó una dura ronda de sanciones tras otra. Incluso permitió que la ley del embargo se aplicara en su totalidad, algo sin precedentes, pues ahora se permite denunciar ante juzgados estadounidenses a empresas extranjeras, incluidas españolas, que hacen negocios en la isla y se lucran explotando propiedades confiscadas.
Antes de esa decisión, Trump tomó otra que ha resultado ser un duro golpe al régimen. Por unas sanciones suyas a la financiera Fincimex, contraparte de Western Union, esta última se vio obligada a cerrar en la isla. Se cerró así la principal vía legal de envío de remesas a la isla, lo que según los críticos de Trump ha agravado la crisis económica en la isla.
Varios demócratas en el Capitolio se apresuraron a pedirle a Biden que levantara esas restricciones a las remesas en cuanto ganó las elecciones. Según el veterano senador Patrick Leahy, de Vermont, «se nos ha dicho que la Administración Biden está llevando a cabo una revisión de la política de la Administración Trump, que aún permanece en vigor. No hay nada inusual en eso. Las nuevas administraciones realizan periódicamente tales revisiones. Pero ahora estamos a mediados de julio, y la pregunta clave que debe responderse no es tan complicada».
El senador añade: «La pregunta es ¿cuál es la mejor manera de apoyar al pueblo cubano que busca una mayor libertad y una vida mejor? ¿ Es continuar una política que no ha logrado ninguno de los dos y que probablemente será utilizada como excusa por los que están en el poder para reprimir aún más la disidencia?».
La presión de la izquierda sobre Biden ha ido aumentando, sobre todo dado que él era vicepresidente cuando Obama estableció lazos diplomáticos con el castrismo y aligeró el embargo. Pero el hoy presidente se ha resistido a tomar una decisión más allá de dar indicaciones de que se ha planteado eliminar un límite de 1.000 dólares por trimestre en las remesas a Cuba, instituido en septiembre de 2019 por la Administración Trump. Ahora, esas fuentes en la Casa Blanca confiesan que se encuentran con las manos atadas por las decisiones de Trump, y que ante la ola de represión del régimen castrista, no creen que sea un momento adecuado para aligerar las sanciones y las partes mas duras del embargo.
Un nuevo cálculo
Según dicen esas fuentes de la Casa Blanca, «lo que estamos haciendo ahora es ver cómo los eventos del domingo y esta semana tienen implicaciones sobre cómo respondemos a la situación y cómo podemos realmente apoyar al pueblo cubano para que sea realmente el que determine su propio futuro. También nos preocupan mucho las acciones del régimen cubano al reprimir violentamente a la disidencia cuando en realidad debería entablar un diálogo más amplio y tratar de responder a las demandas de su pueblo de mayores libertades, de acceso a alimentos y medicinas, de vacunación».
El foco de la Casa Blanca ha tenido que cambiar ahora de forma inesperada, pues el régimen ha reprimido la protesta democrática no solo con arrestos masivos, sino también cortando el acceso a internet en la isla. El gobernador de Florida, Ron DeSantis, que es republicano, y el presidente de la comisión de Exteriores del Senado, Bob Menéndez, demócrata, se encuentran entre los que han pedido a la administración de Biden que intente reconectar a Cuba a la red.
El gobernador DeSantis le ha ido forzando la mano a la Casa Blanca en esta crisis. El martes dijo que quiere que empresas de la Florida ofrezcan conexión a internet a los residentes en Cuba. «¿Qué hace el régimen cuando uno empieza a ver estas imágenes? Bloquean internet. No quieren que la verdad salga a la luz, no quieren que la gente pueda comunicarse», dijo DeSantis durante una mesa redonda con políticos republicanos y exiliados cubanos en Miami.
Esto ha llevado al equipo de Biden a considerar opciones para ofrecer internet sorteando los vetos del régimen. Tal es así que el presidente Biden se pronunció al respecto en su rueda de prensa conjunta con Angela Merkel el jueves en la Casa Blanca, cuando dijo que su equipo está revisando si EE.UU. puede ayudar a los cubanos a recuperar el acceso a internet. «Como han cortado el acceso a Internet, estamos considerando si tenemos l a capacidad tecnológica para restablecer ese acceso», dijo el presidente. En esa misma comparecencia, Biden dijo que «Cuba es un estado fallido e incapaz, que reprime a sus ciudadanos», su mayor condena al sistema desde que llegó a la Presidencia.