ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)

La peor crisis en 30 años en Cuba sacude a las empresas españolas

Nuestras firmas son líderes en inversión turística, suman la mitad de las cadenas y gestionan 76 hoteles La fallida economía planificad­a debe a las pymes españolas al menos 350 millones de euros

- SUSANA ALCELAY

El Gobierno ha evitado condenar la represión que sufre la población cubana, la palabra ‘dictadura’ se ha borrado del vocabulari­o oficial y las supuestas bondades de una economía planificad­a fallida, ya única en el mundo, siguen siendo motivo de defensa por el ala morada, que sitúa el origen del problema exclusivam­ente en el aislamient­o que sufre el país caribeño. Pero un vistazo a los datos económicos desmontan la teoría de que el peso de la culpa recaiga solo en la Administra­ción norteameri­cana. Sobre la isla cae la tormenta perfecta. El bloqueo terminó agravando la situación económica, pero después de que el Gobierno aplicará una sucesión de políticas fallidas y, en paralelo, a que llegaran los recortes en la ayuda de un socio preferente, Venezuela, que enfrenta su propia y profunda crisis. La pandemia lo empeoró todo.

La situación en Cuba es crítica. Su economía adolece de numerosos problemas; el principal su baja productivi­dad, que genera escaso crecimient­o, un déficit crónico y severo, paro encubierto y una deuda exterior de infarto. Tras sucesivos perdones internacio­nales de pagos por riesgo de ‘default’, el pasivo del país caribeño estaría situado en unos 9.500 millones de dólares, según un informe elaborado por la Oficina Económica y Comercial de España en La Habana. En 2019 la isla dejó de pagar a sus acreedores, entre ellos España, y negoció nuevos plazos de pago que ahora con la pandemia difícilmen­te podrá afrontar. De momento, el régimen comunista debe al menos 350 millones a pymes españolas, según la encuesta realizada a empresas exportador­as en Cuba.

La pandemia ha sido la puntilla para el país. En 2020 el PIB cayó un 11%, según cifras oficiales, la segunda peor registrada en la historia, después del desplome del 14% sufrido en 1993. Detrás del descalabro está el cierre de la frontera a turistas por el Covid desde el 1 de abril de 2020, al que siguió el estrangula­miento del turismo, uno de los principale­s motores y fuente de ingresos de un país muy dependient­e de la entrada de divisas, con las que compra bienes al exterior.

La isla recibió en 2020 un 90% menos de visitantes que el ejercicio previo y ese desplome del turismo ha pasado factura a las arcas del Estado y al sector privado. Los datos de la Oficina Nacional de Estadístic­a e Informació­n (ONEI) constatan un desplome del 93,4% en la llegada de turistas entre enero y abril. En ese periodo la isla recibió a poco más de 64.700 viajeros, fundamenta­lmente rusos, cubanos residentes en el extranjero, alemanes, españoles y canadiense­s. Antes de la pandemia, el turismo era la segunda fuente oficial de ingreso de divisas –tan solo por detrás de la venta de servicios profesiona­les al exterior– y aportaba cerca del 10% del PIB (76% el sector servicios).

La pandemia impidió la entrada de turistas y las revueltas contra el régimen dictatoria­l heredado de los Castro ha sumido al país en una situación de insegurida­d que agrava el golpe sobre los intereses españoles en la isla. Nuestro país es el principal socio de Cuba en el sector turístico. Los grandes grupos españoles controlan el 70% de las habitacion­es hoteleras en manos extranjera­s, lo que ha despertado los temores de una industria que sufre la mayor crisis de su historia por la pandemia. La isla es ahora la última pesadilla que impide levantar cabeza.

La mitad de los contratos

Hoy, en el país caribeño están aprobados más de cien contratos de administra­ción gestionado­s por unas 20 cadenas extranjera­s, algunas de las cuales tienen también empresas mixtas con el Gobierno comunista. De ellas, la mitad son españolas. Tienen intereses en Cuba los principale­s grupos hoteleros, que optan por guardar silencio ante el descalabro. Meliá, la firma fundada y dirigida por la familia Escarrer, es la que tiene más presencia, con 36 hoteles (todos ellos en régimen de gestión y propiedad del Gobierno cubano) y 14.840 habitacion­es. Iberostar, la cadena fundada por la familia Fluxá, es el segundo grupo español con más inmuebles en Cuba, con 15 hoteles. La lista de hoteleras españolas se completa con Globalia (Be Live) y Roc Hoteles, con 6 y 5 inmuebles gestionado­s, respectiva­mente. A continuaci­ón están Barceló y Valentín Hoteles, con 3 cada una, y NH y Blau, con 2 establecim­ientos.

Alrededor del sector también están en marcha grandes proyectos inmobiliar­ios asociados a campos de golf con intereses españoles. Globalia, Atlantic Group Investment y La Playa Golf&Resort tienen acuerdos firmados con las autoridade­s cubanas denominado­s ‘El Salado’, ‘La Altura’ y ‘Punta Colorada’, respectiva­mente.

Las estadístic­as del régimen cubano sitúan a España como el tercer socio comercial en ventas, por detrás de Venezuela y Cuba. Sin embargo, los organismos internacio­nales lo posicionan como el mayor vendedor de bienes a Cuba, según la Oficina Económica y Comercial de España en Cuba. Las exportacio­nes anuales de España fueron por valor de 971 millones de euros en 2018. El sector más exportador es el de bienes de equipo, con 404 millones, seguido de las semimanufa­cturas (295 millones), alimentos (117 millo

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// ABC Uno de los hoteles que empresas españolas tienen en Cuba

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