ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
DENUNCIAN LA FALTA DE CONTROL SANITARIO
SALA DE MÁQUINAS
Ya no está Pablo Iglesias de vicepresidente, pero el Gobierno sanchista mantiene ciertos paralelismos inquietantes con la legislación chavista, como esas coincidencias de la nueva ley de Seguridad Nacional respecto a la movilización obligada de personas, el requisamiento de bienes privados o el control sobre la prensa. Tampoco sigue Iván Redondo, aunque el Ejecutivo de Sánchez maniobra para aumentar los poderes presidenciales, ignorando la competencia del Parlamento y del sistema judicial. La clave no estaba pues en el sectarismo de Iglesias o las ansias de Redondo, sino en el cesarismo ilimitado de un jefe de gobierno que sufre con los reveses de unos tribunales rectificando una manera de proceder que rebasa los límites de la Constitución, sea en el estado de alarma, sea en el nombramiento de cargos no aptos o fuera del procedimiento. La ley de Seguridad Nacional bebe de Venezuela y carece de referentes en Europa; es lo que pasa por cambiar la socialdemocracia por el oportunismo.