ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
Alternativas al botellón: urge otra mentalidad para que triunfen
Las familias tienen un papel clave en inculcar aficiones de todo tipo a los niños y que se sientan más realizados Los padres temen que sus hijos menores pierdan sus amistades si no les dejan salir de madrugada
Durante las últimas semanas, más que nunca, se ha puesto el foco en los jóvenes que hacen botellones y acuden a macrofiestas debido fundamentalmente a la propagación de contagios de Covid-19 que conlleva la ingesta de alcohol y la relajación de las medidas de prevención establecidas. Lejos de acusaciones o argumentos críticos hacia este tipo de comportamientos, también es necesario preguntarse si los jóvenes tienen el ocio que desean y qué alternativas se les ofrecen a este tipo de quedadas.
Según Juan María González Anleo, investigador del Observatorio de la Juventud en Iberoamérica y profesor en ESIC, tanto los ayuntamientos como el Gobierno ofrecen propuestas deportivas, gastronómicas..., para el tiempo libre, «pero el problema reside en que culturalmente el alcohol está muy asociado a la diversión. Es ‘la opción’ por antonomasia, la que tienen los jóvenes en la cabeza para pasarlo bien».
Explica que en las clases que imparte a sus alumnos les comenta de modo jocoso «ya sé que tú iras este viernes a la ópera, tu compañero a un museo y el otro a un concierto de música clásica». «Todos se ríen y dicen ‘¡nooooo!’. Luego les comento, ‘igual vais de botellón por la noche’, y entre aplausos dicen: ‘¡sííí!’ Esta broma es una clara demostración de que estructuralmente cuentan con alternativas de ocio pero culturalmente no. Es decir, tienen demasiado interiorizado que tomar copas es la forma de divertirse. Es como un rito y no salen de ahí».
Según este experto, es necesario cambiar en nuestra sociedad esta mentalidad, «aunque es fácil». Sin embargo, «para empezar, los padres deben inculcarles aficiones desde que son pequeños como la lectura, la escritura, tocar un instrumento... El planteamiento de salir por la noche y consumir es, en definitiva, agotador y poco rico en cuanto a aportación personal. Si tienen una afición, además de sentirse más realizados, tendrán la responsabilidad de no acostarse tan tarde y hacerlo en mejores condiciones para rendir al día siguiente en algo que les entusiasma».
Evitar el mínimo esfuerzo
Reconoce que intentar que no beban es una utopía, «pero no una quimera». Matiza que hay hobbies que pueden parecer aburridos, pero basta con darles la oportunidad de conocerlos para que ganen atractivo. El problema, asegura, es que están acostumbrados a la cultura del no esfuerzo, «y aquello que cuesta una mínima dedicación es rechazado de inmediato».
No obstante, respecto a las actividades realizadas en el tiempo libre, este experto indica que hay una tendencia a una mayor presencia del ocio tecnológico en el ámbito doméstico y aumento de las relaciones con sus pares en actividades que no solo incluyen las salidas nocturnas, sino también compras, comidas, deporte...
Eulalia Alemany, directora técnica de la FAD, también coincide en que los adolescentes tienen muy integra
satisfacción
con el tiempo
Poco/nada
5%
Regular
21%
Grado de
de ocio
Bastante/mucho
74%