Un Gobierno a la fuga y una economía en tenguerengue

LTIMO aviso al navegante verdiano. Al único, al omnipresente, al omnipotente. Dirigido solo a ÉL: Pedro ‘Fogg’ Sánchez. «Huye, Adso, de los profetas y de los que están dispuestos a morir por la verdad, porque suelen provocar también la muerte de muchos otros, a menudo antes que la propia». Fue el adiós del ya exsecretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Oliver. Blanco y en botella. Mensaje directo, claro y contundente al todopoderoso. Y qué mejor manera que citando al filósofo escritor Umberto Eco, aquel que siempre trabajó manteniendo un extraño equilibrio entre historia, realidad y fantasía en su producción literaria. Se despide pues Oliver asumiendo, como ya habíamos percibido el resto de la humanidad –bueno la gran parte, esa que no flota a su alrededor–, que no es nada personal, que lo único cierto es que el presidente no tiene amigos. Y uno estaba dispuesto a

Útirarse por él por un barranco y este otro, a morir por la verdad. Y ÉL, ni inmutarse. Tiene tela.

La única verdad es que nos está quedando un bonito Gobierno a la fuga. El virus cobrando fuerza, la economía en tenguerengue y el tito Sánchez de viaje por las Américas. ¿Que no le recibe el presidente Biden? Le da más que igual. Porque no iba a eso –¡ja!–. Dice que no tocaba y que ha sido él mismo quien ha decidido que mejor en otro momento. ¿Que no se trae ni un solo dólar que se quiera invertir en España? Pues tampoco pasa nada, él se basta y se sobra para idear proyectos a la antigua usanza, del calado del Plan E zapateril, a cuenta de los fondos UE que para eso están, y aquí paz y luego gloria. ¿Que tiene a las empresas con respiración asistida y a punto de pasar a mejor vida? Repito, ¡que no pasa nada oiga! será que hay demasiadas y se tercia un cambio de modelo, así que nos inventamos otras, que España es país de emprendedores. Y es que el Gobierno Sánchez está en sus cosas. ÉL, desde luego, entretenido en sus viajes para amortizar el dinero de los españoles en el Falcon, y la mayor parte del resto de su gabinete, en tonterías... como en cambiar los géneros de todas las palabras que pasen por sus cabezas. Como por la de la ministra de Trabajo del segundo país con mayor tasa de paro de Europa (¿o tasa de «maro»?), y eso sin contar con los ERTE y con los autónomos aún en cese de actividad. A saber: Yolanda Díaz. ¡Lo mismo ahora se ponen a inventar la mili para que las mujeres vayamos a defender la matria, y la llamarán la pili! Mejor no dar ideas que ya nos vamos conociendo...

Tenemos un Gobierno de susto o muerte. Yo me quedo con otra reflexión de Eco: «No hay nada mejor que imaginar otros mundos para olvidar lo doloroso que es el mundo en que vivimos».