ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
El viaje de Bezos
a ha tenido su ‘spot’ en los telediarios Jeff Bezos, un jefe de los ricos, que se ha dado un garbeo por el espacio, en su propia nave. La noticia se ha encumbrado a menudo por encima de la contabilidad de contagios del coronavirus, la mandanga de gastos del ‘procés’, o la crisis de Cuba, con lo que ya tenemos una noticia de alcance, que dicen los clásicos, cuando es sólo una noticia de vuelo. De vuelo de diez minutos, concretamente, que es lo que acreditan que ha durado la proeza. A veces, nos arriman un paracaidista en la sección de Deportes, que ha batido algún récord de valentía, o de los otros, y ahora nos dan el vídeo de Bezos, que ha navegado unos momentos por la atmósfera. A ver, que no arriesgo yo que me parezca mal que Bezos tenga un cohete propio para echarse un rato al firmamento, eso él sabrá, pero no alcanzo a discernir qué interés planetario incluye ese viaje, para colocárnoslo en todas partes como una primicia que pudiera voltearnos la existencia a todos, de aquí a unas temporadas venideras. Miro y remiro por ahí, a ver si remedio mi ignorancia, y no encuentro sino que Bezos se metió en su cohete, un ingenio de su propia compañía, junto a cuatro personas, incluido él mismo, más su joven hermano, una anciana del oficio de estos artefactos, y un particular que había ganado en un sorteo esta aventura insólita. Todos bajaron del aparato con caras de haber celebrado una orgía en Marte. Algo así. Habían traspasado el límite con el espacio, que no sabemos muy bien lo que es, aunque podemos intuirlo. Tampoco nos han dado mucho detalle, salvo la frase previsible de imaginación de Bezos: «Es el día más feliz de mi vida». Estas cosas las suelen soltar mucho los millonarios cuando ya tienen en propiedad un ramo de islas. Bezos es el dueño de Amazon, entre otras cosas, un imperio en el que Paul Auster sospechaba que igual reside el enemigo. No diré yo que Bezos es el enemigo, pero encuentro tan desmedida la promoción de su viaje, que presenta propósitos comerciales, para otros ociosos forrados, como corta la singladura. Con noventa pavos de telescopio, te pasas media vida en la Luna.
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