ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)

Una negociació­n al límite: «Los partidos estaban de uñas»

Hacienda asumió las riendas y tuvo que elevar la negociació­n hasta la Generalita­t

- VÍCTOR R. ALMIRÓN / JUAN CASILLAS

Mañana frenética en el Congreso de los Diputados. El Gobierno salvó ‘in extremis’ tres votaciones clave antes de cerrar el curso político. Y lo hizo aferrado a su relación con ERC, en una negociació­n que no se cerró hasta la misma mañana de la votación.

Se logró salvar la convalidac­ión de los dos decretos leyes que por momentos estuvieron perdidos: el de los interinos y el de la retirada de mascarilla­s en el exterior. También salieron adelante la rebaja temporal del IVA de la luz y las nuevas medidas culturales y deportivas. Los socialista­s se van de vacaciones con un regusto dulce, evitando un serio varapalo, pero con el recuerdo fresco de su frágil mayoría.

En septiembre pasará al primer plano la negociació­n de los Presupuest­os Generales del Estado y el Gobierno ha ensayado sus alianzas. La aspiración es no ir tan justos. Socios habituales del Gobierno como Bildu, el PNV y Más País marcaron ayer distancias respecto al Ejecutivo. Estos partidos vuelven a criticar «el abuso» de la figura del decreto ley que el Gobierno está desplegand­o. Y la falta de voluntad del Gobierno por negociar previament­e con sus socios habituales las normas que desea aprobar.

El gran escollo estaba en el decreto de interinos. Al llegar al Congreso por la mañana el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, ya apuntaba que las cosas habían mejorado: «Estamos mejor que ayer», reconocía. Fuentes del Gobierno admitían ayer que ha sido «una negociació­n dura». La cuestión superó la dimensión de los grupos parlamenta­rios y el Ministerio de Hacienda y Función Pública, que heredaba la defensa de este decreto que elaboró Miquel Iceta, se encargó de liderar las negociacio­nes con ERC. Fuentes del Ejecutivo apuntan que las negociacio­nes del equipo de María Jesús Montero se realizaron directamen­te con la Generalita­t de Cataluña.

El Gobierno rápidament­e interpretó que tenía que concentrar sus esfuerzos en ERC, que además aporta 15 votos en cada votación. «Bildu y PNV ya

Podemos sufrió fugas en sus filas: una diputada rompió la disciplina de voto y otro parlamenta­rio no participó en la votación

tenían clara su posición», dicen desde el Gobierno. Aunque también se mantuviero­n los puentes con el PNV, que es el socio habitualme­nte más fiable del Ejecutivo, hasta lograr que no votasen en contra y se quedasen en una abstención «crítica». Pese a que al PNV no le gustaba el decreto, al final no votaron en contra para no provocar un choque con el Gobierno de cara a futuras negociacio­nes.

Apoyo de última hora

«Los partidos estaban de uñas porque no se había negociado antes», reconocen fuentes gubernamen­tales. Cuando arrancaba el pleno el acuerdo no estaba cerrado. «De hecho el acuerdo se ha cerrado prácticame­nte cuando iba a empezar la intervenci­ón de la ministra Montero», explican fuentes socialista­s.

Al final de la mañana se empezaba a respirar con algo más de alivio entre las filas socialista­s. Tenían el compromiso de ERC de no bloquear la norma. Pero en los pasillos del Congreso generaba extrañeza que los diputados de Gabriel Rufián fueran a consumar un giro tan rotundo después de las duras críticas del día anterior. Aun así, en el Gobierno se mantenían esperanzad­os: «Debería votar sí, llevamos desde ayer por la noche negociándo­lo».

El «sí» de ERC finalmente no falló. Pero la fragilidad de la mayoría iba a deparar todavía nuevas sorpresas. La primera votación arrojó un empate a 170 votos y la votación tuvo que ser repetida. En el segundo intento, los apoyos superaron por un voto a los rechazos (170 frente a 169). La diferencia se debió a que una diputada de Unidas Podemos, Rosa Medel, votó en contra en la primera votación. Y no fue un error sino a voluntad. Medel es médico de profesión, ha sido interina muchos años y no le gustaba el decreto. Pero al ver que no salía adelante en primera votación decidió no participar en la segunda. Otro parlamenta­rio no participó en la votación.

Los socios minoritari­os de la coalición expresan en privado malestar por cómo negocian los socialista­s y también tenían dudas con el contenido del decreto. El Gobierno respira. Pero sus aliados avisan: «Siguen con los decretos como si tuviese mayoría absoluta y a veces parece que no hablan ni entre los ministerio­s. Hoy han sudado y algún día se van a llevar un disgusto».

‘El Gobierno cede y libra de

opositar a interinos con diez años

de antigüedad’. [Pág. 29]

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6,8

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