ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
Víctor Monge ‘Serranito’
«Los grandes cantaores no soportaban que les quitara protagonismo»
negie Hall de Nueva York. Mi carrera despegó y empecé a recorrer el mundo, mientras en España el flamenco parecía vetado en los escenarios más clásicos. Como ejemplo de esto, Paco y yo nos colamos en la despedida del maestro Segovia en el Teatro Real a finales de los 70. Ya éramos un poco famosos y Paco había pegado fuerte con ‘Entre dos aguas’. En el descanso bajamos a fumar y alguien le dijo al director del teatro de nosotros: «Estaría bien que dieran un concierto aquí». Y este respondió: «Son buenos, pero les pega más el Palacio de los Deportes». Sonó tan mal que le dije: «¡Claro, y aquí las carreras de bicicletas!». Paco se partió de risa y nos fuimos.
—Pues al final cambiaron la
tradición, que es lo que hacen
las verdaderas revoluciones…
—Así es. Gracias a ello hoy el flamenco es otra cosa. Creo que cambiamos el cante, al encontrar más tonos y ser más capaces de armonizar los cantes con la guitarra. Eso lo hice yo con Grabriel Moreno en Hispavox y, por supuesto, Paco con Camarón, que eran muy grandes. —¿Qué le decía Paco de Lucía
de Camarón?
—Lo conocimos al mismo tiempo, porque yo en aquella época tocaba con Lucero Tena en el Teatro Villamarta de Jerez y Paco, con Terremoto de Jerez. Camarón se pasaba por allí y, después, nos íbamos de copas. Paco flipaba con él, no paraba de repetir que se lo tenía que llevar a Madrid cuanto antes. —¿Nunca dudó usted de sí mis
mo en aquella época?
—No, en esos años nunca me ponía nervioso en el escenario. —¿Ahora sí?
—Después de cinco años retirado, sí. Piense que me enfrento a mi carrera. Y eso que ya no quiero descubrir nada, solo despedirme con mi compañía y con mi hijo, que toca la percusión. —¿Cómo se ha preparado?
—En la pandemia toqué seis horas al día. ¡Mire cómo tengo los dedos! He parado porque me los estoy destrozando y no es bueno. Tengo 78 años y estoy menos fresco, pero tengo la misma velocidad y voy a tocar cosas dificilísimas.
«Cambiamos el flamenco, porque fuimos capaces de armonizar los cantes con la guitarra»
«Paco de Lucía flipaba con él, no paraba de repetir que se lo tenía que llevar a Madrid cuanto antes»