ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
El puerto de Liverpool deja de ser Patrimonio Mundial de la Unesco
El organismo alega preocupación por un excesivo desarrollo inmobiliario, incluido el nuevo estadio del Everton
La Unesco votó ayer, por un estrecho margen, a favor de retirar el puerto de Liverpool de su lista del Patrimonio Mundial. La organización alega preocupación por un excesivo desarrollo inmobiliario, incluida la construcción de un nuevo estadio de fútbol. Cinco delegados del comité, presidido por China, votaron contra la retirada y trece a favor, solo uno más que la mayoría de dos tercios necesaria para eliminar un sitio de la lista, informa AFP.
Así, este histórico frente marítimo del noroeste de Inglaterra, emblemático de la era industrial e incluido en la lista en 2004, se convierte en el tercer emplazamiento desclasificado por el organismo cultural de la ONU, tras otros sitios en Omán y Dresde.
Durante dos días de debates, algunos delegados argumentaron que los planes urbanísticos, que incluyen edificios de gran altura, «dañarían irreversiblemente» el patrimonio del histórico puerto. El consejo internacional de monumentos, que asesora a la Unesco sobre la lista del patrimonio, aseguró que se había pedido al Gobierno británico «en repetidas ocasiones» que presentara garantías más sólidas sobre el futuro de la ciudad.
«Una gran pérdida»
El plan de construcción del nuevo estadio del Everton fue aprobado por el Ejecutivo de Boris Johnson sin ninguna consulta pública, y «es el ejemplo más reciente de un gran proyecto que es completamente contrario» a los objetivos de la Unesco, agregó. Sin embargo, la ministra británica de Cultura, Caroline Dinenage, declaró ante el comité que su Gobierno se toma muy en serio la preservación del carácter de Liverpool y aseguró que la exclusión de la lista «representaría una gran pérdida».
Varios países apoyaron al Reino Unido, coincidiendo en que sería un paso «radical» en medio de la pandemia de coronavirus, e instando a dar más tiempo a un nuevo consejo municipal elegido en mayo. Entre los países que se opusieron a la retirada de Liverpool figura Australia, cuya gran barrera de coral está también amenazada de exclusión en las deliberaciones de la Unesco de este año. También votaron en contra Brasil, Hungría y Nigeria, para quienes cualquier medida debería aplazarse un año para dar más tiempo a las autoridades del Reino Unido y de Liverpool. Noruega, por el contrario, encabezó a los países críticos, afirmando que, aunque es «dolorosamente consciente» de los conflictos entre el desarrollo y la conservación del patrimonio, es posible alcanzar un «delicado equilibrio» que no existe en esa ciudad inglesa, cuna de los legendarios Beatles.
Entre los países que se opusieron figura Australia, cuya gran barrera de coral está también amenazada de exclusión
Es el tercer emplazamiento desclasificado por la Unesco, tras dos sitios en Omán y Dresde
Importancia
El puerto de Liverpool comprende seis sectores del centro histórico y la zona portuaria de la ciudad británica que reflejan la historia del desarrollo de uno de los centros más importantes del comercio marítimo mundial en los siglos XVIII y XIX.
Liverpool no solo desempeñó un papel de primera importancia en la prosperidad del Imperio Británico, sino que además se convirtió en el principal punto de tránsito de toda una serie de desplazamientos humanos masivos hacia América: comercio de esclavos y emigración de las poblaciones de Europa septentrional.
Liverpool fue, además, una ciudad precursora en la creación de tecnologías y métodos de gestión portuarios, así como de sistemas de transporte modernos. El puerto comprende un gran número de importantes edificios comerciales, civiles y públicos, especialmente los del sector de St. George’s Plateau.
En el cuento de nunca acabar en que se ha convertido la firma del contrato de alquiler de la colección Carmen Thyssen, el Congreso protagonizó ayer el penúltimo episodio, la convalidación del real decreto que otorga la garantía del Estado al conjunto de las 425 obras que están de momento depositadas en el Museo Thyssen, de las que 329 entrarán en el contrato de alquiler a razón de 6,5 millones de euros anuales durante los próximos quince años. El visto bueno de la Cámara Baja, eso sí, se produjo entre reproches por la vía elegida –un real decreto que incluía otra medida relativa a los derechos audiovisuales del fútbol– y la tardanza en certificar un acuerdo que se avanzó a finales de enero.
¿Por qué apuró tanto los plazos el Gobierno para llevar al Consejo de Ministros este convenio? ¿Por qué disfrazan de urgente algo que se pudo resolver meses antes? Los grupos de la oposición criticaron que con este ya sean más de medio centenar los reales decretos aprobados por el Gobierno de Sánchez, una vía legislativa reservada a asuntos que no pueden esperar. Este trágala de la cartera que dirige Miquel Iceta, no obstante, salió adelante con el voto favorable de 269 diputados y 77 abstenciones.
Para la firma del acuerdo, eso sí, aún habrá que esperar a un próximo Consejo de Ministros en el que se apruebe el contrato de arrendamiento de 329 obras propiedad de Carmen Thyssen, entre ellas el ‘Mata Mua’, que posteriormente será rubricado por el Ministerio y la baronesa, y de nuevo convalidado por el Congreso. Lo que ayer fue a la Cámara es un real decreto que asegura que en ningún momento las obras de la colección se queden sin garantía y que permite arrendar el conjunto artístico durante 15 años. La «urgencia», justificó Iceta en su primera intervención parlamentaria como ministro de Cultura, venía por el «riesgo» de que la baronesa retirara sus obras del museo.