ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
El Gobierno asturiano no tiene un inventario actualizado de la colección Selgas-Fagalde
Sin el listado completo no se puede incoar el expediente para proteger el palacete de Cudillero como BIC
Treinta años después de la constitución de la Fundación Selgas-Fagalde, las instituciones públicas asturianas se han dado cuenta de que la voluntad de las fundadoras no es suficiente para que el rico patrimonio cultural contenido en la Quinta de Cudillero permanezca ligado a la región. Ni siquiera la presencia en el patronato de la Consejería de Cultura, el Ayuntamiento de Cudillero, el Arzobispado y la Universidad de Oviedo ha impedido que la Fundación haya terminado vendiendo un cuadro de Goya, pese a que los estatutos impiden operaciones de este tipo.
No fue hasta el pasado mes de mayo cuando la consejera socialista Berta Piñán, acorralada por las críticas de la oposición, decidió iniciar los trámites para declarar Bien de Interés Cultural todo el conjunto de la Quinta de Selgas. Esto es: el palacio, los jardines, los pabellones de tapices, el colegio, el cuartel de la Guardia Civil, la iglesia y toda la colección artística y patrimonial de la Fundación Selgas-Fagalde.
Control efectivo
Si esta iniciativa prospera, el Gobierno asturiano pasaría a tener un control efectivo sobre los bienes protegidos y, en el caso de posibles ventas, podría ejercer un derecho de tanteo. Tras incoarse el expediente por parte de la Consejería, ahora debe pronunciarse el Consejo del Patrimonio Cultural de Asturias. Si su informe es favorable, se abrirá un plazo de hasta veinticuatro meses en los que deberá resolverse la iniciativa. Pero el camino no será fácil, puesto que la Ley de Patrimonio exige un «examen directo» e «informes técnicos necesarios» de los bienes objetivo de protección, y a lo largo de estos meses la Fundación ni siquiera ha remitido a la Junta General un listado actualizado de su colección artística.
Selgas-Fagalde está obligado por ley a recoger en un inventario anual todos los bienes de su patrimonio. Y así lo recoge en sus estatutos: el artículo 31 habilita al patronato a aprobar con periodicidad anual un inventario patrimonial para su posterior remisión al Protectorado y su depósito en el Registro de Fundaciones.
En las cuentas de los últimos ejercicios, se incluye un inventario de bienes y derechos, pero el detalle sobre la colección artística se limita a tasar el «contenido artístico» en 52.889.065 euros. Nada sobre los cuadros contenidos en ella, más allá de la venta del ‘Aníbal vencedor’ de Goya.
La Dirección General de Cultura y Patrimonio aseguró a ABC que en la Consejería no consta ningún listado de las obras ni información sobre su estado de conservación y emplazamiento. El Registro de Fundaciones tampoco ha remitido a este diario el inventario con el argumento de que solo conservan los documentos depositados durante seis años desde su recepción.
En las cuentas de los últimos ejercicios, eso sí, se anota una partida por valor de cerca de 30.000 euros para el «estudio y catalogación de la obra pictórica existente en la Fundación Selgas-Fagalde» a cargo de José Juan Pérez Preciado. Años antes, entre 1993 y 1994, fueron Ana María Fernández García y Lucía González Menéndez quienes elaboraron un primer inventario, después de que en 1992 quedara oficialmente constituida la Fundación.
«La hicimos por encargo de ellos, conforme a las fichas de la Consejería, y luego se ha ido actualizando», afirma Ana María Fernández, catedrática de Historia del Arte de la Universidad de Oviedo. Por ese estudio sabemos que además del ‘Aníbal vencedor’ de Goya y la ‘Inmaculada Concepción’ de El Greco, en la colección de los Selgas hay cuadros de Luca Giordano, Corrado Giaquinto o Vicente Carducci, además del ‘Ecce Homo’ de Morales u otro Goya, el retrato del General Ricardos.
Una gran colección
Fernández explica que la colección artística de la Fundación la integran también esculturas, tapices, bordados y piezas de porcelana: «Los Selgas coleccionaban de todo, pero con un sentido integrador en un contenido decorativo y artístico determinado. Muchas de las habitaciones del palacio responden a un estilo artístico, como las salones Luis XV o Luis XVI. Esa idea de hacer conjuntos completos era importante. Vender un cuadro es romper una pieza de ese engranaje».
La Fundación ha transmitido a la Dirección General de Cultura que los bienes de la Quinta no conforman una colección. Fuentes de Selgas-Fagalde distinguen entre la colección ligada a la Quinta, a la que sí pertenecería el cuadro de Goya porque durante años formó parte de la decoración del palacio, y otras obras de arte que la familia tenía en Madrid, que no estaría adscrita a la dotación fundacional. En una entrevista concedida a ‘La Nueva España’ en 2007 Peña habló del conjunto como una «colección» y declaró que «una obra de arte es irremplazable».
El patrimonio de la entidad está integrado por la colección de la Quinta y por los inmuebles ubicados en una de las zonas más caras de Madrid que las fundadoras, las hermanas Fagalde, dejaron como legado. Su idea era que los ingresos recibidos por el alqui
ler de estas fincas permitieran financiar el mantenimiento del palacio, los jardines y toda la colección artística. El inventario permitiría comprobar si el patronato ha vendido, además del Goya, algunos de esos inmuebles, como sospechan en Asturias.
ABC ha podido confirmar que el edificio que según los estatutos la Fundación tenía en propiedad en el número 6 de la calle Jorge Juan (Madrid) lo adquirió Aracorp Participaciones en mayo de 2014. Durante años, este edificio fue la sede de la Fundación. Ahora está instalada la Agencia Española de Protección de Datos con un contrato de alquiler que comenzó en 2005 y antes fue la sede del despacho Uría Menéndez. La Fundación habría vendido este inmueble en paralelo a la operación del hotel de Sevilla, en 2006, con el objetivo de sustituir un bien que no producía las rentas esperadas por otra finca más rentable.
Para saber cuándo se deshizo la Fundación Selgas-Fagalde de sus bienes inmuebles hay que repasar las últimas cuentas anuales presentadas al Protectorado y la información que se recoge en el Registro de la Propiedad. En los balances del año 2015, los más antiguos que se pueden consultar, figura la venta de un bien inmueble por valor de cuatro millones, sin especificar cuál, y en la información registral de los bienes de la Fundación se inscriben varias bajas de titularidades entre 2005 y 2007. Tras abandonar Jorge Juan, la Fundación se trasladó a la calle Espalter 7, cerca del Museo del Prado, y en 2017 inscribieron en el Registro de Fundaciones una modificación estatutaria para ratificar un nuevo domicilio social en Plaza de las Cortes 3, entre el Congreso de los Diputados y el Hotel Palace. El primer domicilio social de Selgas-Fagalde, la casa que tenían las hermanas Fagalde en la exclusiva calle Castellón de la Plana 5, en Madrid, es desde el año 1994 propiedad de la empresa Percacer.
La casa de Castellón de la Plana, así como otras viviendas de la familia en Játiva o El Escorial, no habrían sido bienes adscritos a la dotación fundacional, puesto que en la herencia esos bienes fueron a terceros.
La Fundación que preside Gregorio Peña tiene en propiedad el hotel de Sevilla por el que inicialmente pagó 20,3 millones de euros, unas viviendas en la calle Pedrezuela (Madrid) que costaron 7,7 millones y locales en las calles Velázquez y Puigcerdá que también tiene alquilados. A nombre de Selgas-Fagalde hay igualmente anotadas una nave en Murcia que no arriendan desde 2015 y otro inmueble en Jorge Juan 8 por el que tampoco sacan rendimiento económico.