ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)

Tres generacion­es del cante para explicar el arte flamenco

Pansequito, Antonio Reyes e Israel Fernández, de 76, 45 y 28 años respectiva­mente, actuaron en el Flamenco On Fire de Pamplona Los tres artistas comparten con ABC su visión del género

- LUIS YBARRA RAMÍREZ

He iniciado una sesión de peloteo sugiriendo a cada uno que me comente algo bueno del otro. Se han dicho cosas interesant­es, pero no tanto. A Pansequito en un escenario no le gana nadie, o con esa premisa se lleva subiendo a las tablas desde los años 70, cuando vendió un millón de discos con el ‘Tápame’ de Movieplay. Antonio Reyes, su sobrino, aunque lejano, cuenta ya con la experienci­a de unas pocas décadas, y sabe que a su música, tan pausada, le sientan bien estos envites. Por último, Israel Fernández, el menor de todos ellos, pero el que más al alza está desde que publicara su último álbum, ‘Amor’, asume responsabi­lidades eludiendo preocupaci­ones: « Hay que cantar mucho y pensar poco. Esto es como conducir. Como piense en todas las señales que hay, lo que tengo hacer con los pedales y el volante, lo que he de cumplir sin que me ocurra nada y los riesgos que asumo… Es que entonces no conduzco. Me bajo. Pues cantar al lado de Pansequito es lo mismo. Como reflexione fríamente... es que me voy. No, no, no. Yo vengo a cantar, no a pensar».

En los camerinos se están abrochando los cinturones antes de salir al auditorio Baluarte de Pamplona, en el marco de Flamenco On Fire, cita para la que se han agotado las entradas. ¿Qué es el género jondo?, se han preguntado desde la directiva en esta octava edición del festival. Pansequito responde primero: «Eso que le falta a la mitad de las programaci­ones que

dicen serlo. Cuando me contratan, lo primero que hago es mirar el cartel. Si veo que voy a tener que ser yo solo el que lo saque adelante, no voy. Ya no estoy para eso. No tengo ganas».

Tiene una nube de polvo en la garganta, pletórica de facultades, y por eso puede permitirse regalar consejos a quienes ahora empiezan sus carreras: «Para llegar así a mi edad hay que tener la cabeza muy bien amueblada. Este mundo es difícil, lo digo yo, que lo he visto todo. Y no hay que entrar donde no se debe, si no, no llegas así a los 76 años. Te lo aseguro, que he visto pasar a muchos. Demasiados, por desgracia».

Vivir de noche

Israel Fernández, que se pasea por allí con la melena barriendo los dinteles, también señala con el dedo el horror de las tentacione­s: «Esta profesión se vive de noche. Si salgo de casa sin cartera a mí no me pasa nada, porque todo el mundo me invita. Decir que sí es más fácil que decir que no. Esa es la mayor dificultad de todo esto. Que el camino fácil y el correcto son distintos». ¿Y qué es, para él, el flamenco? Pues «como una orientació­n sexual.

Hasta ese punto lo llevo, y cuidado con lo que apuntas que estoy improvisan­do... Yo he nacido de esa forma y es un pilar esencial en mi vida desde que soy niño. No puedo comunicarm­e mejor de ninguna otra forma. En mi casa se han roto muchas camisas y se han echado mucho whisky por el pelo. De la emoción. He perdido trenes por cantar unas letritas más por bulerías cuando estaba a gusto en una fiesta. Solo sé darlo todo, sin medias tintas y en todas partes».

Este verano, el joven toledano ha hecho doblete algunas noches, una hazaña que parece pertenecer ya a otra época. Pansequito, por su parte, afirma haber actuado cuatro veces en un mismo día: «A las cuatro de la tarde estuve en un colegio en el Puerto de Santa María con Jarcha y Carlos Cano, a quien aún no conocía nadie. A las ocho, en una discoteca en Chiclana. A las doce me fui a Écija y después, a las dos de la mañana, al Potaje de Utrera. Ahí la cosa no era cantar bien, era llegar. Para cobrar, claro. Llegar era lo importante. Por eso lo mejor era lo que yo corría. Ni la soleá ni la seguirilla ni nada. Lo que yo corría, eso fue lo más reseñable de aquello».

Un encuentro único donde se reúne el presente, pasado y futuro de la profesión a repasar en conjunto sus vivencias

LA CORUÑA

«Si me llegas a decir que traes fotógrafo no te vengo así», confiesa instantes antes de empezar la entrevista en los pasillos del Teatro Colón. A sus 26 años, Xabier Anduaga (San Sebastián, 1995) cumple con los rigores de su edad y esquiva los que impone la ópera. Este año de pandemia ha recibido el World Opera Award y el Ópera XXI al mejor intérprete joven internacio­nal y nacional, respectiva­mente. Este sábado debuta el exigente Arturo de ‘I Puritani’ en la programaci­ón lírica coruñesa, después de que el Covid le impidiera estrenarlo en París. Es el tenor joven de moda en media Europa, con fechas en Múnich, Londres, Roma, Nueva York... Él tiene l os pies en el suelo y l a cabeza, cuando no está estudiando papeles, en su Real Sociedad.

—Tanto premio, ¿descentra?

—A mí no. Me centra en que si hasta ahora estaba bien, lo que viene tiene que ser mejor. Me da mucha fuerza, mucho apoyo. No te voy a decir que no se me carguen piedras en la mochila, es más presión, pero me da más fuerza que otra cosa. Y ganas.

—¿No le entra a uno sensación de autocompla­cencia?

—No, todo lo contrario. Una vez piensas eso vas para atrás. Me enseñaron que si no vas para adelante, vas para detrás.

—Este Arturo de ‘I Puritani’, ¿es su primer gran examen?

—No, no. Te diría que mis primeros exámenes fueron ‘Il Castello di Kenilworth’ o ‘Lucrezia Borgia’ en Bérgamo. Hablamos de papeles que parecen más fáciles pero ni mucho menos. Arturo tiene mucha presión, pero al final musicalmen­te está muy bien escrito para el tenor. Es uno de mis primeros roles potentes en mi carrera, pero espero que también uno de los importante­s. Está escrito para cantarlo muchos años. Si no, significar­ía que mi voz ha cambiado demasiado. Mi voz manda, pero espero que no cambie tanto en tan pocos años.

«Después de lo que pasó lo vi triste. La última vez en Madrid le vi mejor, con más fuerza, con más ánimo, con ganas de cantar y hacer música»

—Igual eso ha venido bien, eh, que la predisposi­ción a criticar no es nada buena. La gente tiene ganas. Yo las tengo. En Madrid, cuando hicimos ‘ Viva la mamma’, para mí fue lo más hacer seis funciones con público. Ver gente es muy emocionant­e.

—Cantar con Carlos Álvarez... —¿Sabes qué pasa? Esto cuesta entenderlo. A quien le conoce, sabe que Carlos es un humano fuera de serie. No le importa cómo te llames. Él te da algo cada día de ensayo. Y, personalme­nte, te lo pasas genial. No parece que estés ensayando en el Teatro Real con Carlos Álvarez. Lo hacía tan fácil que solo piensas en disfrutar. Cada día, después de mi aria, entraba él. Siempre estaba

«Es la mejor experienci­a en una ópera de toda mi carrera. Hay relación para muchos años»

 ??  ??
 ?? // JAIME MASSIEU ?? Israel Fernández, Pansequito y Antonio Reyes
// JAIME MASSIEU Israel Fernández, Pansequito y Antonio Reyes

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain