ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
Dos colosos en Asturias para decidir
El inédito Gamoniteiro y la majestuosa subida a los Lagos de Covadonga señalan el paso en la montaña para elegir al triunfador de la Vuelta
En el catálogo de las cumbres de leyenda, de los puertos que zarandean el ánimo y proporcionan paz interior en la cumbre, Asturias ocupa la pole en el ciclismo español. Hace casi cuarenta años (1983), la Vuelta descubrió un santuario de peregrinación, los Lagos de Covadonga, montaña que mezcla la inmensidad y belleza de la naturaleza con los desniveles devastadores que atraviesan los pulmones de los practicantes del ciclismo. Por sus tres lagos en la cima, su majestuoso encanto y sus porcentajes en el Mirador de la Reina o la Huesera, los Lagos fueron designados la cumbre emblemática del ciclismo. Llegó luego el Angliru (1999), puerto imposible, camino asfaltado para facilitar el alimento a las vacas, rampas que atemorizan a los coches, la Cueña les Cabres y su 23 por ciento en línea recta, un cosmos salvaje que hechizó al personal y discute hoy la hegemonía a los Lagos en el gusto popular. El jueves se estrena un tercer episodio en esta secuencia de Asturias con sus cordilleras. El inédito Gamoniteiro, paraje pelado al otro lado de la sierra del Aramo donde descansa el Angliru, tránsito entre cuencas mineras que amenaza a los dos colosos con su carretera empinada, una pared con tramos de hormigón desde que se deja a la derecha la carretera de la Cobertoria. En los Lagos y en el Gamoniteiro, en la Asturias paraíso natural, se decide esta semana la Vuelta a España.
El Alpe d’Huez español
Los Lagos de Covadonga se convirtió en el Alpe d’Huez español desde que en 1983 sufrió como un demonio Bernard Hinault en el estreno triunfal a cargo de Marino Lejarreta. Hinault comparó al puerto con el símbolo del Tour. Y acierto no le faltó porque los Lagos siempre fue el puerto con más público de la Vuelta, el más simbólico, sobre todo en sus primeros lustros. Por esa lengua de asfalto entre árboles que surge a la izquierda desde el Santuario de Covadonga, se exhibieron héroes de los ochenta y noventa, como Pedro Delgado, Robert Millar (hoy Philippa York), Álvaro Pino o los escarabajos colombianos Lucho Herrera, Oliverio Rincón. En los Lagos se hizo escalador Jalabert...
«Vamos a intentar ganar la Vuelta en estas etapas tan duras –se motiva Enric Mas, el segundo de la general, primer candidato español–. Segurísimo que lo vamos a intentar».
Las últimas apariciones de los Lagos han sido el paraíso de los modestos. Salvo las victorias de Nairo Quintana en 2016 y la de Pinot en 2018, el resto pertenecen a corredores de perfil más bajo: Niemiec, Antonio Piedra, Efimkin, Eladio Jiménez, Juanmi Mercado, Zintchenko... Los Lagos se han socializado a base de escapadas y segundos espadas, circunstancia que bien podría darse este miércoles si se tiene en cuenta la deriva de concesiones que cunde en la Vuelta 2021.
Los Lagos es la versión festiva de Asturias. El cercano descenso del Sella, las playas de las poblaciones costeras, el Naranjo de Bulnes, los Picos de Europa, la turística Cangas de Onís, la ruta del Cares, Cabrales...
Etapa 16
El Gamoniteiro representa la visión obrera de Asturias. El interior duro y descarnado de las carreteras estrechas y arboladas, las cuencas mineras, Pola de Lena, el turismo escaso, las poblaciones colgadas de las laderas, el rastro del carbón en el ambiente, los jubilados de la mina, las rutas senderistas... Desde hace años, los habitantes de la zona tenían conocimiento, aun sin haberlo visitado, de una montaña imponente, a la que costaba acceder con el automóvil. Es el Gamoniteiro que este jueves se estrena en la Vuelta a España.
«El cansancio es tan grande, que atacando o sin atacar, la carrera va a reventar en estas dos etapas, Lagos de Covadonga y Gamoniteiro. Son muy duras, y la carretera va a poner a cada uno en su sitio», opina el colombiano del Movistar Miguel Ángel ‘Supermán’ López, tercero en la general con un retraso de un minuto y medio con Roglic.
«¿Si siento vértigo por ganar la Vuelta? Al revés, siento ilusión, motivación y ganas de luchar por vencer en esta carrera. Pienso que en la tercera semana se verá esa batalla que no se ha visto», responde Enric Mas, tan pancho en el día de descanso.