ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
Viento de cola
Los excesos meteorológicos que estamos presenciando pudieran ser un adelanto de lo que nos espera en la escena política
NI siquiera el megavatio a 140 euros consigue borrar la sonrisa de sus labios y el aplomo de su pose. Pedro Sánchez inauguró el curso político con una de sus idílicas pláticas, donde los problemas se disuelven como el azucarillo en el agua.
Esta vez no lo hizo desde el púlpito de la televisión pública, pero casi. La Casa de América le garantizaba que no habría preguntas incómodas ni insultos denigrantes como los que escucha en la calle cada vez con mucha más frecuencia. Al revés, allí estaban todos los que sacan provecho de su política, o falta de ella, desde los sindicalistas a los magnates de las grandes hidroeléctricas, ante quienes pudo alardear de que la recuperación está en marcha, de que subirá el salario mínimo interprofesional y de bajar el precio de la luz.
Los grandes temas, como la renovación del Consejo General del Poder Judicial, el desafío catalán y el Covid, los ha metido de momento, en la nevera. Nada de extraño que se aludiese al manido dicho aeronáutico de «viento de cola», que favorece los vuelos. Y por una vez, vamos a darle la razón.
Existe una clara diferencia entre esta proclama de Pedro Sánchez y las anteriores. Ya no se centra en asuntos tan enjundiosos como los citados, que acapararon su agenda desde que llegó a la Moncloa. Ahora se interesa por los que cobran menos y por bajarles el recibo de la luz. Y a que el viento ya no sopla de la izquierda y de los nacionalistas, sino de cada vez más españoles distanciados de él.
Lo que quiere decir que busca aproximarse al centro, disputando a Podemos sus bazas sociales y advirtiendo a ERC que no es el momento de plantear un referéndum de autodeterminación. Sabiendo que ni unos ni otros están obligados a apoyarle porque la alternativa es la vuelta del PP, con o sin Vox.
Este es el nuevo viento de cola. Naturalmente, la situación es tan compleja, los ánimos están tan exaltados y las variables son tantas que el menor error de una de las partes o los nervios de cualquiera de ellas pueden, sin duda, desencadenar un desplome o choque en cadena, tanto entre PSOE y Podemos, como entre ERC y Junts, como entre PP, Ciudadanos y Vox. Que Pedro Sánchez es consciente de ello lo indica que ha cambiado de portavoces en el Congreso y Senado, colocando a personas de absoluta confianza, y a Adriana Lastra en la vicesecretaría general del partido, de vigilanta.
Los excesos meteorológicos que estamos presenciando pudieran ser un adelanto de lo que nos espera en la escena política. Entramos en una nueva era. Y conocemos demasiado poco de ella. Nada.