ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
El Sahel, el Afganistán de Francia
El 1 de agosto del 2014 Francia lanzó en el Sahel, entre Malí, Mauritania, Burkina Faso, Niger y el Chad, la Operación Barkhane, con la misión estratégica de «contener el terrorismo islámico». Más de 5.000 soldados franceses y varias decenas de soldados de varias naciones europeas, España incluida, participaron en esa operación. Emmanuel Macron anunció el fin de Barkhane el mes de junio pasado. Los analistas anglosajones llegaron a afirmar que Mali y Barkhane eran algo así como «el Afganistán de Francia». de los ‘padres’ yihadistas, los ‘afganos’ argelinos, que volvieron a casa tras la escuela de guerra en Afganistán. Muchas elites argelinas sienten la tentación de la huida, el destierro, temiendo las crisis por venir, víctimas de ataques de desesperación contenida».
Marruecos A la espera de las próximas elecciones
El Partido de la Justicia y el Desarrollo de Marruecos (PJDM) es oficialmente un «partido islamista no revolucionario». Forma parte de la coalición gubernamental y habrá que ver cómo evoluciona tras las elecciones del miércoles. Desde hace años, los dirigentes marroquíes dicen que Rabat comparte con París el miedo al crecimiento y amenazas del islamismo radical.
Youssef Chiheb, analista político marroquí, insiste en ese punto: «El islamismo radical es un enemigo común, para Francia, para Marruecos, para todo el Magreb. De ahí la necesidad de cooperar en los terrenos más sensibles». A Chiheb no se le escapa, al mismo tiempo, que PJDM, el partido islamista marroquí, tiene una visión de la ‘democracia islámica’ más o menos semejante a la de Recep Tayyip Erdogan, presidente de Turquía.
Matiz que quizá no sea forzosamente tranquilizante. La reciente crisis de Ceuta da una primera idea de las proporciones inflamables que pudiera tener un crecimiento incontrolado del islamismo conservador marroquí.
Mauritania Instalados en la oposición
En Mauritania el primer partido de oposición es un partido islamista y el Gobierno lanza llamaradas contra quienes se atrevan a criticar el islam, justificando la cólera de quienes mataron para defender su religión contra los autores de caricaturas de Mahoma.
Mauritania es un Estado frágil, islámico, tapón y coladero de las bandas yihadistas de la inmensa banda sahariana de Sahel, donde operan numerosas bandas y organizaciones terroristas, próximas a las distintas filiales de Daesh y Al Qaida.
La instalación de un ‘emirato’ islamista, talibán, en Afganistán, desde donde operan otras familias del islam subversivo, terrorista, quizá sea una amenaza universal.
El crecimiento y propagación del islamismo, entre Sahel y todo el Gran Magreb, de Libia a Mauritania, es una amenaza mucho más cercana para toda la Europa mediterránea, comenzando por España,
claro está.