ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)

La travesía en el desierto de más de tres millones de trabajador­es

El Covid sigue sacudiendo a los autónomos y la política les asfixia: cuotas, SMI, luz...

- SUSANA ALCELAY

Son el eslabón más débil del tejido empresaria­l, los que más arriesgan y también los que más sufren los vaivenes de la economía. Durante la pandemia han estado sometidos a las pruebas de resistenci­a más duras que existen, en una travesía por el desierto cargada de obstáculos. Menos ventas en muchos casos, pero fritos a impuestos y tasas en un momento en el que afrontan facturas astronómic­as de la luz. En agosto un autónomo pagó 300 euros más que el año pasado.

En marzo de 2020 fueron obligados a bajar las persianas con el Covid, muchos no han vuelto a levantarla y otros luchan por no tirar la toalla en una crisis que ha hecho estragos en sus negocios. El coronaviru­s les está sacudiendo, pero las políticas les asfixian. Las ayudas públicas recibidas han sido muy inferiores a las aprobadas en otros países como Francia o

Alemania, que desde el comienzo de la crisis sanitaria atendieron la llamada de sus negocios y aprobaron ayudas directas a fondo perdido, que el Gobierno de Sánchez les negó en España. Cuando la presión le obligó a hacerlo aprobó, más de un año después, un paquete de 7.000 millones que, al final, no ha llegado a su destino. Condicione­s leoninas de acceso han impedido disfrutarl­as al 90% de los autónomos.

Durante la pandemia también reclamaron una bajada de impuestos que nunca llegó, a diferencia de países como Alemania, que reforzó el escudo de protección a su tenido empresaria­l con una reducción del IVA al 7 % para bares y restaurant­es hasta 2023. Esta rebaja se sumó a la aplicada en 2019, cuando se pasó del 19 al 16% a fin de estimular la demanda interna. El respaldo en España a pymes y autónomos se concretó en créditos ICO y en una prestación por cese de actividad que aún están cobrando casi 230.000 autónomos. Hoy Alemania ha vuelvo a niveles de empleo prepandemi­a y a España le faltan por recuperar unos 800.000.

Ahora, el alza del salario mínimo que acometerá de forma inmediata el Gobierno supondrá un nuevo revés para el colectivo porque, por un lado, encarecerá los costes laborales de sus trabajador­es y, por otro, supondrá mayores cotizacion­es para el colectivo que crea y sostiene el empleo en España. El alza que se prepara incrementa­ría el SMI, fijado en 950 euros mensuales, en hasta 19 euros este año, a lo que habría que sumar 62 euros más hasta 2023, año en el que este indicador quedaría en 1.030 euros. Y, además, esta subida llevará aparejado un alza de las bases mínimas de cotización para los autónomos de entre tres y doce euros al mes.

Desde que gobierna Sánchez el salario mínimo ha crecido un 34%, porcentaje que escalará hasta casi el 46% con los nuevos crecimient­os que proyecta Yolanda Díaz. La subida de SMI dejará la base mínima de los autónomos en 290 euros y la de los societario­s en 366 euros. Más cotizacion­es, carburante­s un 25% más caros, la inflación más elevada en diez años... Los autónomos intentan resistir, aunque muchos se han quedado en el camino. En agosto la economía destruyó 118.000 empleos y se llevó a 7.400 autónomos, el retrato de un mercado de trabajo que aún no ha superado la crisis pese a que la ministra de Trabajo intente convencern­os de lo contrario.

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