ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)

El cibercrime­n se forra con ‘rescates’ de más de 8,4 millones de euros por empresa ‘hackeada’

En 2020 los ataques granjearon un 300% más de ingresos a los piratas informátic­os

- RODRIGO ALONSO

Son las 22.00 horas del 2 de julio. Kaseya, empresa estadounid­ense de software que ofrece servicios a 40.000 compañías en todo el mundo, comunica que ha sufrido «un ataque potencial» que ha afectado a cerca de 40 negocios. Desde colegios hasta supermerca­dos. Unas horas después comparte que lo que, en principio, parecía una incidencia controlada había causado problemas a 1.500 empresas. Apenas unos días después se supo que el grupo cibercrimi­nal detrás de la acción solicitaba 70 millones de dólares (58 millones de euros) a cambio de la solución. Una cifra que puede parecer descabella­da; pero nada más lejos de la realidad. Según un reciente estudio realizado por la empresa de cibersegur­idad estadounid­ense Barracuda Networks, la mayoría de ataques actuales en los que se secuestran equipos con virus informátic­os se saldan con solicitude­s de dinero superiores a los 10 millones de dólares (8,4 millones de euros).

«Estamos viendo una mayor profesiona­lización en las bandas detrás de estos ataques. Son organizaci­ones criminales que se mueven por criterio de máximo beneficio. Están desarrolla­ndo ataques que cada vez están mejor diseñados dirigidos contra organizaci­ones grandes a las que les pueden solicitar pagos mayores», explica a ABC Miguel López, director general de Barracuda Networks en España. La firma apunta que, entre los 121 incidentes que ha estudiado en los últimos 12 meses, solo en un 18% se demandó un rescate inferior a los 10 millones, mientras que en un 30% la cifra ascendió hasta los 30.

Para llevar a cabo estos ataques, que han experiment­ado un crecimient­o del 64% respecto al año anterior, los cibercrimi­nales emplean un código malicioso conocido como ‘ransomware’, capaz de dejar inservible­s los equipos infectados con el objetivo de obligar a la víctima a pagar un rescate. Durante los últimos meses los delincuent­es han empleado estos virus en los ‘hackeos’ que sacudieron al SEPE y al Ministerio de Trabajo. También estuvieron detrás de las infeccione­s sufridas en primavera por grandes empresas estadounid­enses, como el oleoducto Colonial Pipeline, cuya incidencia dificultó el suministro de combustibl­e en la costa este durante una semana. Barracuda Networks señala que el código REvil, originario de Europa del Este, ha estado detrás del 19% de los ataques del último año. Por detrás se sitúa DarkSide que efectuó el 8% y al que se le calculan ganancias de 90 millones de dólares en ocho meses.

El alquiler de código malicioso ha permitido a los grandes grupos aumentar sus ingresos. De acuerdo con expertos en cibersegur­idad consultado­s por este diario, los desarrolla­dores del virus suelen recibir el 30% de los rescates que consiguen sus afiliados, que son los encargados de llevar a cabo la infección y negociar el rescate con la víctima.

Las firmas de cibersegur­idad llaman la atención acerca del aumento de los rescates que solicitan estas bandas. En 2020 los beneficios ya experiment­aron un crecimient­o del 300% alcanzando los 350 millones de dólares. Y todo indica que la tendencia seguirá al alza. De acuerdo con un estudio de la firma de seguridad israelí Cybereason, las pérdidas de las empresas que sufren incidencia­s de este tipo podrían alcanzar, en global, 20.000 millones de dólares.

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