ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)

Nueva York y el tenis, locos con Alcaraz

Después de su hazaña ante Tsitsipas, busca hoy la clasificac­ión para cuartos

- JAVIER ANSORENA

Carlos Alcaraz comparece hoy en los octavos de final del US Open convertido en la gran sensación del torneo. El viernes, muchos de los que se cruzaran con el tenista murciano por las instalacio­nes de Flushing Meadows –rostro tierno, acné juvenil, piel tostada– no lo distinguir­ían de un recogepelo­tas. Hoy todos le conocen por su nombre de pila. ‘Carlos’, como un viejo amigo, aunque tenga 18 años.

Le gastaron el nombre a Alcaraz en Arthur Ashe, la pista central de Nueva York, en un partido contra Stefanos Tsitsipas que ya es leyenda. Primero, con el conocido ‘Let’s go Carlos’ (‘ Vamos Carlos’), seguido de palmadas. Es el grito habitual de los estadios deportivos. Da igual que seas Roger, Novak, los Knicks o los Giants. Lo que no es normal es el ‘¡Carlos, Carlos, Carlos!’ que retumbó en el recinto, el mayor del circuito, en la recta final del último set. Era uno de esos puntos mágicos de Alcaraz –dejadas refinadas, globos ajustados, derechas como cohetes y hasta alguna defensa por debajo de las piernas– y fue una reacción espontánea, tribal, desatada. Las gradas eran una colección de manos sobre la cabeza, de ojos desatados, de carcajadas incrédulas.

El griterío fue atronador cuando, en su segunda bola de partido, Alcaraz mandó un globo que se escapó un dedo más allá de la línea. Todo el mundo de pie, sobrecogid­o, agarrando al de al lado. «No sé lo que ha pasado ahí fuera en la pista», dijo Alcaraz tras el partido. Tampoco los espectador­es, metidos en un ‘tie break’ en el que se paró el tiempo. Los relojes volvieron a funcionar con el último derechazo de Alcaraz, abierto contra el revés de Tsitsipas, inalcanzab­le para el griego. Estalló el júbilo y Alcaraz nació como estrella. Los espectador­es salían de la grada con la sensación de haber presenciad­o algo histórico.

Fuera de la pista, el éxtasis es todavía mayor. Los medios estadounid­enses hablaron del alumbramie­nto de una «superestre­lla». Luka Doncic, consolidad­o como tal en la NBA, alucinó con Alcaraz: «Increíble», puso en su cuenta en Twitter. «Será el numero uno en tres años como máximo», pronosticó el ex tenista Yevgeny Kafelnikov. «Es la primera vez que hablo de Alcaraz y ya soy un fan», reaccionó Boris Becker. «El tenis tiene un futuro brillante».

Tsitsipas, sorprendid­o

ren ponerle es apodo: ‘el nuevo Rafa’. Un periodista estadounid­ense le puso la trampa al preguntarl­e a qué jugador trataba de parecerse. Alcaraz demostró ahí la misma personalid­ad que en la pista: «De verdad, yo no copio el estilo de ningún jugador, solo hago mi juego. Pero si tengo que nombrar un jugador con un tenis similar, creo que es Federer».

Era una forma de decir que él ya se ha hecho su nombre. ‘Carlos’, y ya no hay nadie en Nueva York ni en el mundo del tenis que no lo conozca.

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// REUTERS Alcaraz celebra su triunfo ante Tsitsipas

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