ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
Luis Enrique, como de costumbre, hizo cambios, y también debutó Robert Sánchez con todo decidido
AEspaña, y ya iba siendo hora, le dio al fin por tener una noche tranquila, cómo cambian las cosas cuando se marca pronto. Necesitaba la selección un partido de estos, una cita sin sobresaltos ni angustias, y abandonó el Nuevo Vivero aliviada y con la mochila llena de goles, que tiene su miga porque quién sabe si este grupito, en el mejor de los casos para España, se resuelve por números. Encarrilado el entuerto desde el primer cuarto de hora, el equipo de Luis Enrique se recompuso mínimamente después del batacazo de Suecia y marcha con buena cara hacia Kosovo, próxima parada de este viaje tortuoso hacia Catar que se torció de mala manera desde el empate inicial en casa contra Grecia. Hay, al menos, unos días de paz e incluso hay motivos como para ensalzar al equipo, notable para sobreponerse a la adversidad y solventar el engorro de la asfixiante e incluso lluviosa Badajoz, quién lo iba a decir.
A más de 30 grados, España se contagió del entusiasmo pacense, 8.444 personas para subirse al tren a base de aciertos. El partido, al menos su cartel, no tenía gran cosa, y bien hizo el equipo en resolver por la vía rápida y convertir el domingo en una fiesta. Con Gayà y Carlos Soler latiendo por todos, España completó una puesta de largo interesante y atormentó a la ultradefensiva Georgia, cuyo plan no iba más allá de amontonar a sus soldados para proteger la cueva de Loria. No les funcionó porque a los 14 minutos, después de un remate de Gayà desde l a frontal que despejó Kashia de mala manera, ya iban por debajo en el marcador. Fin de cualquier atisbo de encerrona para España.
Probó Luis Enrique con un once muy distinto al de Suecia, se prestaba el duelo a ello. Entró el mencionado Gayà en la zaga (innegociable la titularidad de Eric García y Laporte) y Rodri y Marcos Llorente acompañaron a Carlos Soler, que repitió y sacó una nota muy alta. Arriba, Abel Ruiz y Sarabia por Morata y Gerard Moreno, Ferran no se negocia.
El tema es que España se gustó en un inicio académico, muy vertical por la izquierda con Soler y Gayà enganchando una y otra vez. Fueron los mejores en los primeros compases y se empapó también Marcos Llorente, que quiso su cuota de pantalla y vino a confirmar que es en el centro del campo donde más puede aportar, ahí encaja mejor. Él, en una gran jugada, fue quien asistió a Soler para el 2-0 y repitió en el tercero con un pase a Ferran, pistas gordas para que Luis Enrique, que le considera lateral, tome nota. Todo estupendo para España, todo mucho más fácil de lo esperado.
No sirve tampoco de mucho el partido, no al menos para extraer conclusiones definitivas, pero tienen un peligro incalculable estas noches. Hechos los deberes, el segundo acto, por pura lógica, fue a menos y permitió a Luis Enrique dar bola a Albiol desde que se retomó la insulsa pelea, 36 años y danzando como un chaval. Georgia pasó por primera vez del centro del campo, se puso a jarrear de manera i nexplicable en Badajoz en l o que siempre ha sido una tormenta de verano y la gente, para no caer en el bostezo, se puso a hacer la ola, un cuestionable clásico de toda la vida de los campos españoles.
Cambios y pruebas
Sí que sirvió el trámite para que el seleccionador experimentara con jugadores a los que ha visto menos y dio minutos a Mikel Merino y a Fornals, devolviendo a Marcos Llorente al lateral y moviendo a Azpilicueta al eje, con 3-0 es comprensible que se hagan pruebas. Con frescura, España invitó a Georgia a que diera un paso al frente y, con espacios, montó una contra vertiginosa que remató Sarabia después de asociarse con Fornals, otro recurso bien explotado.
Caían los goles, cuantos más mejor, y Unai Simón realizó un paradón magnífico antes de que Luis Enrique le diera la alternativa a Robert Sánchez, por fin internacional porque el día invitaba a ello. Dejó de llover y la selección se dejó llevar, aunque inclu
GRUPO B
8-9-2021 8-9-2021
España - Georgia Kosovo - Grecia Kosovo - España Grecia - Suecia