ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
El Estado hace caja con las pujas de los estancos próximos a Francia
El Estado ingresará cerca de 60 millones de euros por diez nuevas licencias en La Junquera El 70% de los ingresos obtenidos por los 200 permisos corresponden a 30 licitaciones en zonas fronterizas
Hacienda sabía bien dónde apuntar cuando elaboró el reparto geográfico de las 200 nuevas licencias de estancos, las primeras que se subastan al mejor postor y las primeras nuevas licencias concedidas en veinte años. El departamento que dirige María Jesús Montero ubicó en julio el 15% (31 establecimientos) de estos permisos, cuya subasta concluyó el pasado viernes, en localidades limítrofes con Francia. Puntos de venta clave por tratarse de pasos fronterizos por los que, además, miles de franceses cruzan hacia España en busca de unas cajetillas que valen la mitad que en su país. Enclaves estratégicos para los fines de Hacienda como ha demostrado la propia puja porque solo por los 10 estancos licitados en La Junquera (Gerona) el Estado va a ingresar 57 millones de euros.
El resultado de la licitación, celebrada en el portal de subastas de Hacienda, revela que la pelea por hacerse con estos estancos fronterizos ha sido encarnizada. Ninguna de las ofertas ganadoras por los establecimientos de La Junquera ha bajado de los cinco millones de euros e incluso por uno de ellos se ha llegado a pagar siete millones. Un precio del todo inusual cuando se compara con las ofertas que han resultado ganadoras por las nuevas expendedurías del resto del país, donde cuesta encontrar alguna puja máxima que supere el medio millón de euros.
Fuentes del sector afirman que el valor medio de una expendeduría se sitúa en el entorno de los 250.000 euros. La puja establecida como punto de partida en las subastas convocadas por el Comisionado para el Mercado de Tabacos partía de 50.000 euros.
Algo similar a lo ocurrido en La Junquera ha sucedido con los estancos que se han sacado a subasta en el resto de localidad fronterizas con Francia. Por los cinco estancos subastados en Dancharinea (Navarra) se han llegado a pagar 5.145.000 euros en total, a razón de más de un millón de euros por establecimiento. Aunque en esta región, la más boyante, ha sido la única licencia disponible en Pecocheta: más de dos millones de euros.
Si se agregan las ofertas ganadoras por los otros cinco estancos ofertados en Navarra (1.015.000 euros), los otros dos millones de euros que se han pagado por las cuatro licitaciones en la provincia de Lérida y los 935.000 euros ofrecidos por cuatro establecimientos en Irún (Guipúzcoa), la suma total pagada por los ofertantes por los establecimientos más cercanos a la frontera con Francia asciende a 67,67 millones. Solo con estas 30 licencias, Hacienda va a ingresar más del doble que con los otros 168 estancos subastados a lo largo y ancho del España, por los que recaudará 28.300.000 euros.
De otro modo, de los 95,97 millones que se pagarán por las 200 nuevas licencias, el 70% corresponde a los 30 estancos subastados en localidades próximas a Francia.
Objetivo: hacer caja
La convocatoria de la subasta publicado el pasado 28 de julio en el BOE por el Ministerio de Hacienda argumentaba que «transcurridas casi dos décadas desde la última convocatoria de expendedurías de tabaco y timbre del Estado, es necesario ampliar la red a determinadas zonas que no se encuentran suficientemente cubiertas». Y aseguraba que la selección de la ubicación de los futuros establecimientos se había efectuado «teniendo en cuenta criterios comerciales, de rentabilidad (se entiende que de los estancos), de servicio público, de distancias entre expendedurías y de población».
«Las bases hablan de garantizar el suministro en todo el Estado pero la selección de las ubicaciones no se ha basado en ese principio sino en buscar las localizaciones dónde se facturaba más y dónde Hacienda podía obtener más ingresos», explica Juan Lorenzo Martín, vicepresidente del
Gremio de Estanqueros de Cataluña.
En el sector existe desde hace meses un clima de indignación con el proceso porque Hacienda no ha dado opción a reubicar concesiones ya adjudicadas pero que habían perdido rentabilidad por razones demográficas o desplazamientos de población y, sin embargo, se han concedido nuevas licencias en localidades donde ya había un número suficiente de estancos pero en las que el Gobierno ha en
Los adjudicatarios deberán abonar a Hacienda el dinero de la subasta antes del próximo 18 de diciembre
tendido que podía lograr ingresos. «Se ha debilitado la red de expendedurías», concluye el vicepresidente de los estanqueros catalanes.
Dos realidades diferentes
El contraste entre lo ofertado por los estancos en pasos fronterizos y por los del resto del país es gigantesco. Ni siquiera en grandes núcleos de población y focos turísticos de primer orden las pujas se han acercado a las cantidades ofrecidas en La Junquera o Dancharinea. En la Comunidad de Madrid lo máximo que se ha llegado a pagar por una licencia de estanco han sido los 425.000 euros ofertados por una expenduría en el barrio de Loranca, en Fuenlabrada; y en la provincia de Barcelona la puja más alta ha ascendido a 255.000 euros ofrecidos por una licitación en el municipio de Cubellas.
Mientras en el litoral, donde se esperaban grandes pujas por ser destinos masivos de turistas del norte de Europa, las cuantías han sido más modestas. Solo se ha superado el medio millón de euros en la Costa del Sol, por un estanco en una conocida urbanización de Estepona (Málaga); mientras que en Alicante la puja máxima ha sido de 400.000 euros, por un permiso en Torrevieja. En el caso de Baleares, la puja máxima fue de 265.000 euros, por un establecimiento en Lluchmayor.
El concurso entra ahora en su fase definitiva, también para Hacienda. El pasado viernes 18 se dieron a conocer los mejores postores, que ahora deberán acreditar todos los requisitos técnicos exigidos por Hacienda y superar el examen de la Comisión de Valoración que no se dilatará más de dos semanas. Los adjudicatarios deberán abonar el precio ofertado a Hacienda antes del próximo 18 de diciembre.