ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
Os merecéis a Otegi
El hundimiento de Ciudadanos es la metáfora del descalabro de España
CIUDADANOS más que Podemos ha sido el gran cáncer de la política española. Con Ciudadanos nos hundimos en la mezquindad de valorar a los demás sólo por sus defectos. El ventajismo de Rivera y luego el postureo de Arrimadas. Estaban Ken y Barbie tan pendientes de sí mismos que ni se liaron entre ellos. Ciudadanos es lo que exactamente merecisteis los listos que no entendisteis a Rajoy y quisisteis votar a otros más puros. Este descalabro, esta extinción. En España hay mucho ego para tan poco cerebro y una muy raquítica comprensión del poder.
Podemos como Vox son la previsible excreción de cualquier sociedad opulenta. La parte fea que siempre genera la acumulación de excedente. Pero para que Podemos llegara al Gobierno y Quim Torra a la presidencia de la Generalitat hacía falta algo más, y es que los supuestos hombres buenos no hicieran nada. Rivera no hizo nada porque prefirió el delirante narcisismo de tratar de batir al PP en una segunda vuelta y regaló La Moncloa a esta banda de populistas peleados. Arrimadas tuvo en 2017 una histórica victoria en Cataluña y usó de compresa la confianza de la mayoría de los catalanes habían puesto en ella.
Ciudadanos es el cinismo pijo y superficial de quienes lo lideraron y lo votaron. Hay una doble responsabilidad, una arrogancia que afectó –y afectación es el concepto exacto– a dirigentes y partidarios en igual medida, y este desplome por desprecio es el más justo premio. Es una metáfora letal, directa. Dios escribe a veces en renglones rectos.
España sucumbió el día que Ciudadanos empezó a exigir la prueba del algodón como otros exigían la partida de nacimiento o la pureza de sangre. Ciudadanos no fue la primera violencia. Antes lo había intentado Rosa Díez, esa intensa peluquera. Si Chesterton se ríe de la cantidad de cosas en que uno cree por no creer en Dios, yo me río de la cantidad de tonterías que un español de derechas ha votado por no votar al PP. Es abrumador el ridículo que habéis hecho, el daño que habéis causado a España los que tanto decís amar y defenderla, por haber dispersado el voto con vuestra pedantería e inconsistencia y haber regalado así escaños decisivos a la izquierda.
El estrépito de Ciudadanos se parece al de España, que propiciasteis votando primero a Ciudadanos y luego a Vox. Os merecéis a Pedro Sánchez, a ERC y a Otegi. Somos lo que defendemos y vosotros no habéis estado a la altura de vuestra nación, demasiado preocupados por vuestro perfil de Instagram. Habéis preferido miraros al espejo que mirar a los ojos a vuestra economía y a vuestra familia. Habéis preferido dar estériles lecciones de bocachancla de casino de pueblo que construirnos en lo posible desde la imperfección inevitable y compartida. Preferisteis el adolescente idealismo a la realidad donde se dirime lo adulto.
Era sólo cuestión de tiempo que unos charlatanes de carromato y pócima milagrosa os timaran como a auténticos idiotas.