ABC (Toledo / Castilla-La Mancha)
China busca su Eldorado en el siglo XXI
Al igual que hicieran siglos atrás los conquistadores españoles, China busca su particular Eldorado en América Latina. Pero este ya no se reduce solo al oro, sino a los minerales que mueven las nuevas tecnologías del siglo XXI.
El más importante es el litio, que se usa en las baterías de una industria crucial para el futuro: los coches eléctricos. El 85 por ciento de sus reservas mundiales se concentra en el ‘triángulo del litio’ que forman la confluencia fronteriza de Argentina, Chile y Bolivia en la Diagonal Árida de América del Sur, que se extiende hasta Perú. Aunque los mayores productores de litio son Australia y Chile, China ha puesto su objetivo en Latinoamérica al considerarlo un mineral estratégico. Buena prueba de ello es su apuesta por la fabricación de vehículos eléctricos y la proliferación de marcas propias que ya rivalizan con Tesla y los gigantes del motor en Europa, Japón y Estados Unidos.
Gracias a las buenas relaciones con Argentina, que se unió a su Nueva Ruta de la Seda durante la visita en febrero del presidente Alberto Fernández, empresas chinas han invertido más de mil millones de euros en explotaciones de ese país. Entre ellas destaca Ganfeng Lithium, que tiene una participación del 51 por ciento en la minera Exar y gestiona un yacimiento en la provincia de Jujuy.
En Chile, la compañía china Tianqi Lithium controla el 24 por ciento de la Sociedad Química y Minera (SQM) y quiere ampliarlo para controlar más de la mitad del mercado mundial. Además de su interés por este nuevo ‘oro blanco’, China acapara el 40 por ciento de las exportaciones chilenas, entre las que destaca el cobre, su principal mineral.
De Perú también obtiene cobre, pero extrayéndolo con inversiones multimillonarias de gigantes como Chinalco. A los problemas medioambientales de estas explotaciones se suman conflictos sociales y laborales como los que han sacudido a la mina de Las Bambas, que genera el 1 por ciento del PIB peruano y gestiona MMG, perteneciente a la firma estatal China Minmetals. Al igual que para España siglos atrás, Eldorado de China se presenta tan apetitoso como turbulento.